Viernes 5 de febrero
Dios no mora en templos hechos de manos (Hech. 17:24).
¿Tiene sentido buscar a Dios? Claro que sí, pues él quiere que lo encontremos. El apóstol Pablo lo confirmó cuando le habló a un grupo de personas en el Areópago. Desde ese lugar podía verse el Partenón, templo dedicado a Atenea, que era la diosa patrona de la ciudad de Atenas. Imagínese que usted está allí entre la multitud cuando Pablo comienza a hablar del “Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él” y explica que “no mora en templos hechos de manos”. Entonces le escucha decir: “Hizo de un solo hombre toda nación de hombres, para que moren sobre la entera superficie de la tierra, y decretó los tiempos señalados y los límites fijos de la morada de los hombres, para que busquen a Dios, por si buscaban a tientas y verdaderamente lo hallaban, aunque, de hecho, no está muy lejos de cada uno de nosotros” (Hech. 17:25-27). En efecto, es posible encontrar a Dios. Más de siete millones y medio de testigos de Jehová lo han hallado y lo aman de corazón. w14 15/6 1:5
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