Domingo 7 de febrero
Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado (Rom. 5:12).
Aunque Adán y Eva pecaron, para Jehová el responsable fue Adán. Satanás convenció a nuestros primeros padres de que no necesitaban que Jehová los gobernara. Eso hizo surgir esta pregunta fundamental: ¿quién tiene el derecho a gobernar? Para responderla de una vez y para siempre, Dios permitió que durante un tiempo los humanos se gobernaran a sí mismos, pues así se demostraría que cualquier gobierno independiente de él está condenado al fracaso. A lo largo de los siglos, el gobierno del hombre ha hundido a la humanidad en una calamidad tras otra. Solo en el siglo pasado murieron en distintas guerras unos 100 millones de personas, muchas de ellas inocentes. Sin duda, ya ha quedado más que demostrado que “no pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso” (Jer. 10:23). Por eso aceptamos a Jehová como nuestro gobernante (Prov. 3:5, 6). w14 15/8 1:4, 5
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