Lunes 15 de febrero
A los israelitas les dio mucho miedo (Éx. 14:10).
La situación en que se hallaban no debería haberlos sorprendido, pues Jehová había anunciado: “Faraón [...] correrá tras ellos, y yo me conseguiré gloria por medio de Faraón y de todas sus fuerzas militares” (Éx. 14:4). Pero los israelitas solo vieron lo que tenían ante sus ojos. Delante estaba el mar Rojo, imposible de cruzar, y detrás, los veloces carros de guerra del faraón. ¡Y quien los dirigía era un pastor de 80 años! Se sintieron atrapados. Pero Moisés no tuvo miedo. Los ojos de la fe le permitían ver algo mucho más poderoso que un mar o un ejército. Podía ver “la salvación de Jehová”, sabía que su Dios combatiría por ellos (Éx. 14:13, 14). Y su fe motivó al pueblo. “Por fe pasaron por el mar Rojo como en tierra seca —dice la Biblia—, pero los egipcios, al aventurarse sobre ella, fueron tragados.” (Heb. 11:29.) Entonces, “el pueblo empezó a temer a Jehová y a poner fe en Jehová y en Moisés su siervo” (Éx. 14:31). w14 15/4 2:15, 16
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