Miércoles 24 de febrero
No vigilando con interés personal solo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás (Filip. 2:4).
Pablo animó a todos los cristianos a interesarse por sus hermanos. Este consejo incluye la idea de tomar nota de las cualidades que otros tienen y felicitarlos por ellas (Filip. 2:3). ¿Cómo nos sentimos cuando alguien observa que hemos hecho algo bien y nos lo dice? Eso saca lo mejor de nosotros y nos estimula a seguir mejorando. Del mismo modo, cuando felicitamos a nuestros hermanos por lo bueno que hemos visto en ellos, se sienten motivados a crecer espiritualmente. Todos necesitamos de vez en cuando que otros se interesen por nosotros. Pero en especial los jóvenes y los recién bautizados necesitan sentirse incluidos en las actividades de la congregación. Así comprenderán que tienen un lugar entre nosotros. En cambio, si no les damos el reconocimiento que merecen, pudiera apagarse su deseo de asumir más responsabilidades (1 Tim. 3:1). w14 15/6 4:9, 10
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