Jueves 18 de febrero
Los ojos de Jehová están discurriendo por toda la tierra para mostrar su fuerza a favor de aquellos cuyo corazón es completo para con él (2 Crón. 16:9).
Antes de ser Testigo, a un hermano le gustaba el ambiente inmoral de los bailes a los que asistía. Desde que aprendió la verdad, ha evitado por completo el baile, incluso en reuniones entre cristianos, por temor a que se despierten malos deseos o pensamientos de su pasado. Por supuesto, a los cristianos no se nos exige evitar totalmente el alcohol, el baile u otras cosas que no son malas en sí mismas. Sin embargo, todos debemos actuar con decisión para protegernos de cualquier peligro espiritual. Llevar el nombre de Dios es un privilegio, pero conlleva una gran responsabilidad. Debemos “[renunciar] a la injusticia” y apartarnos de lo que es malo (Sal. 34:14). Claro, eso no siempre es fácil. Pero nos consuela saber que Jehová siempre amará “a los que le pertenecen”, a los que no se desvían de sus justos caminos (2 Tim. 2:19). w14 15/7 2:19, 20
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