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martes, 2 de febrero de 2016


Moisés escogió ser maltratado con el pueblo de Dios más bien que disfrutar temporalmente del pecado (Heb. 11:24, 25).
Con los ojos de la fe, Moisés vio que los placeres o las ventajas que produce el pecado son temporales. Otros quizás no opinaran así porque Egipto, con toda su idolatría y espiritismo, se había convertido en una potencia mundial, mientras que los siervos de Jehová solo eran esclavos. Moisés sabía que Dios podía cambiar esa situación. A quienes vivían para los placeres parecía irles bien, pero él tenía fe en que los malvados serían destruidos. Por eso no cayó en la trampa de “disfrutar temporalmente del pecado”. ¿Cómo podemos evitar la trampa de “disfrutar temporalmente del pecado”? Recordemos que ese placer es momentáneo. Con los ojos de la fe, veamos que “el mundo va pasando, y también su deseo” (1 Juan 2:15-17). Meditemos en el futuro de los pecadores que no se arrepienten (Sal. 73:18, 19). Cuando nos veamos tentados a pecar, pensemos: “¿Qué futuro quiero?”. w14 15/4 1:2, 4, 5

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