Domingo 28 de febrero
Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios (Hech. 7:22).
Un hombre que tuvo la mente puesta en las cosas de arriba fue Moisés. No recibió una educación cualquiera. Egipto era la potencia del momento y, encima, Moisés pertenecía a la familia del faraón. Con la educación que recibió, no nos extraña que llegara a ser “poderoso en sus palabras y hechos”. ¡Imagínese cuántas posibilidades se abrían ante él! Pero su mente estaba puesta en algo mucho más noble: hacer la voluntad de Dios. Siendo él un niño, su verdadera madre —Jokébed— sin duda le habló del Dios de los hebreos. Para Moisés, lo que sabía de Jehová era más importante que cualquier otra cosa. Por eso renunció a las riquezas y el poder que le ofrecía su posición (Heb. 11:24-27). La educación espiritual que recibió de pequeño y la fe que tenía en Jehová lo impulsaron a concentrarse en las cosas de arriba (Col. 3:2). w14 15/10 4:10, 11
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