eoc

eoc

domingo, 28 de febrero de 2016

Lunes 29 de febrero
Si ustedes obedecen estrictamente mi voz y verdaderamente guardan mi pacto, entonces ciertamente llegarán a ser mi propiedad especial de entre todos los demás pueblos, una nación santa (Éx. 19:5, 6).

Jehová hizo un pacto con los israelitas en el monte Sinaí y les hizo esa histórica promesa. En Egipto, antes de ser esclavos, los hebreos formaban una sociedad tribal administrada por los cabezas de familia, o patriarcas. Estos, como otros siervos de Jehová que vivieron antes que ellos, cumplían las funciones de gobernantes, jueces y sacerdotes de su casa (Gén. 8:20; 18:19; Job 1:4, 5). Pero entonces Jehová, mediante Moisés, le dio a su pueblo un conjunto de leyes que lo haría diferente de todas las demás naciones (Deut. 4:5-8; Sal. 147:19, 20). La Ley estableció un sacerdocio separado. Además, los jueces del pueblo serían “los ancianos”, a quienes se respetaba por su conocimiento y sabiduría (Deut. 25:7, 8). En resumen, la Ley reglamentó la vida religiosa y social de la nueva nación. w14 15/11 4:8, 9
Domingo 28 de febrero
Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios (Hech. 7:22).

Un hombre que tuvo la mente puesta en las cosas de arriba fue Moisés. No recibió una educación cualquiera. Egipto era la potencia del momento y, encima, Moisés pertenecía a la familia del faraón. Con la educación que recibió, no nos extraña que llegara a ser “poderoso en sus palabras y hechos”. ¡Imagínese cuántas posibilidades se abrían ante él! Pero su mente estaba puesta en algo mucho más noble: hacer la voluntad de Dios. Siendo él un niño, su verdadera madre —Jokébed— sin duda le habló del Dios de los hebreos. Para Moisés, lo que sabía de Jehová era más importante que cualquier otra cosa. Por eso renunció a las riquezas y el poder que le ofrecía su posición (Heb. 11:24-27). La educación espiritual que recibió de pequeño y la fe que tenía en Jehová lo impulsaron a concentrarse en las cosas de arriba (Col. 3:2). w14 15/10 4:10, 11

sábado, 27 de febrero de 2016

Sábado 27 de febrero
Debes conocer bien la apariencia de tu rebaño (Prov. 27:23).

La vida de un pastor en el antiguo Israel no era nada fácil. Tenía que soportar el frío o el calor y proteger a su rebaño tanto de depredadores como de ladrones. Constantemente examinaba a las ovejas, y si alguna estaba enferma o se había lastimado, se ocupaba de ella. Estaba pendiente sobre todo de los corderitos, pues eran más frágiles que las ovejas adultas (Gén. 33:13). En algunos aspectos, los padres cristianos son como pastores. Necesitan desplegar las cualidades de un buen pastor. Un buen pastor examina cuidadosamente a cada oveja para asegurarse de que está sana. En sentido figurado, usted puede hacer lo mismo con sus hijos. Para conocerlos bien, tiene que estar al tanto de lo que hacen, piensan y sienten. ¿Cómo puede lograrlo? Hablando a menudo con ellos. w14 15/9 3:1-3

jueves, 25 de febrero de 2016

Viernes 26 de febrero
Lo que obro no lo sé. Porque lo que deseo, esto no lo practico; sino que lo que odio es lo que hago (Rom. 7:15).

Satanás sabe que tenemos malas inclinaciones. Cuando se aprovecha de ellas para atacarnos, seguir fieles a Jehová se convierte en un enorme desafío (Juan 8:44-47). Pensemos en una persona que, por estar tan absorta en el placer del momento, acabó haciendo algo que nunca creyó que haría. ¿Cómo llegó a esa triste situación? Es probable que, poco a poco, su corazón se volviera menos sensible a la voz de Jehová. Una de dos: o bien no se dio cuenta de las señales que le advertían lo que estaba pasando, o bien decidió pasarlas por alto. Por ejemplo, quizás dejó de orar, ya no predicaba tanto como antes o empezó a perderse reuniones. Con el tiempo, su deseo pudo más y la llevó a hacer algo que sabía que estaba mal. ¿Cómo podemos nosotros evitar ese terrible error? Estando atentos a cualquier señal de advertencia y haciendo rápidamente los cambios necesarios. w14 15/8 4:8
Jueves 25 de febrero
De entre ustedes mismos se levantarán varones y hablarán cosas aviesas para arrastrar a los discípulos tras de sí (Hech. 20:30).
Lamentablemente, la congregación cristiana original acabó corrompiéndose (Hech. 20:29; 2 Ped. 2:2, 3; Jud. 3, 4). Como Jesús predijo, el “inicuo”, Satanás, se encargó de que la apostasía creciera y mantuviera oscurecido el cristianismo verdadero hasta que llegara “la conclusión del sistema de cosas” (Mat. 13:37-43). Entonces Jehová coronaría a Jesús como Rey sobre la humanidad. Eso ocurrió en octubre de 1914 y marcó el comienzo de “los últimos días” del malvado sistema de Satanás (2 Tim. 3:1). Los cristianos ungidos de tiempos modernos dijeron con mucha anticipación que octubre de 1914 sería una fecha clave. Se basaron en la profecía de Daniel sobre un gran árbol que fue cortado y que volvería a crecer después de un período de “siete tiempos” (Dan. 4:16). Jesús llamó a ese mismo período “los tiempos señalados de las naciones” en su profecía sobre su futura presencia y sobre “la conclusión del sistema de cosas” (Luc. 21:24; Mat. 24:3). w14 15/7 4:9, 10

miércoles, 24 de febrero de 2016

Miércoles 24 de febrero
No vigilando con interés personal solo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás (Filip. 2:4).

Pablo animó a todos los cristianos a interesarse por sus hermanos. Este consejo incluye la idea de tomar nota de las cualidades que otros tienen y felicitarlos por ellas (Filip. 2:3). ¿Cómo nos sentimos cuando alguien observa que hemos hecho algo bien y nos lo dice? Eso saca lo mejor de nosotros y nos estimula a seguir mejorando. Del mismo modo, cuando felicitamos a nuestros hermanos por lo bueno que hemos visto en ellos, se sienten motivados a crecer espiritualmente. Todos necesitamos de vez en cuando que otros se interesen por nosotros. Pero en especial los jóvenes y los recién bautizados necesitan sentirse incluidos en las actividades de la congregación. Así comprenderán que tienen un lugar entre nosotros. En cambio, si no les damos el reconocimiento que merecen, pudiera apagarse su deseo de asumir más responsabilidades (1 Tim. 3:1). w14 15/6 4:9, 10

martes, 23 de febrero de 2016

Martes 23 de febrero
Vendré sobre los que moran en seguridad (Ezeq. 38:11).
¿Cómo reaccionará Jehová cuando Satanás intente destruir a su pueblo? Ejerciendo su derecho como Soberano Universal, acudirá en nuestra defensa. Si atacan a sus siervos, lo atacan a él (Zac. 2:8). Así que nuestro Padre celestial actuará de inmediato para rescatarnos. Esa liberación alcanzará su punto culminante cuando el mundo de Satanás sea destruido en el Armagedón, “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” (Rev. 16:14, 16). Hablando de esta guerra, la Biblia profetiza: “Los muertos por Jehová ciertamente llegarán a estar en aquel día desde un extremo de la tierra hasta el mismísimo otro extremo de la tierra. No serán plañidos, ni serán recogidos ni enterrados. Quedarán como estiércol sobre la superficie del suelo” (Jer. 25:31-33). En el Armagedón, el mundo malvado de Satanás llegará a su fin. Pero la parte terrestre de la organización de Jehová permanecerá en pie, sobrevivirá. w14 15/5 4:3-5

lunes, 22 de febrero de 2016

Lunes 22 de febrero
Jehová disciplina a quien ama (Heb. 12:6).

Está claro que a nadie le gusta que lo corrijan (Heb. 12:5, 11). Pero pensemos en el interés que la persona que nos corrige o aconseja demuestra tener en nosotros. ¿Cuáles son sus motivos? No busca herir nuestros sentimientos. Al contrario, ha visto que nuestra relación con Jehová está en peligro y se preocupa sinceramente. Por eso se toma el tiempo y el trabajo de mostrarnos con la Biblia cómo volver al buen camino. Un hermano que veía en el teléfono sitios pornográficos de Internet le prestó el celular a un anciano de la congregación. De pronto, en la pantalla aparecieron páginas de contenido inmoral. Fue bueno que aquello pasara, pues el anciano aprovechó la oportunidad para corregir al hermano, quien gracias a eso logró vencer su problema. ¡Cuánto agradecemos que Jehová esté pendiente de nosotros, vea nuestros pecados ocultos y nos corrija antes de que vayamos demasiado lejos! w14 15/4 5:8, 9

domingo, 21 de febrero de 2016

Domingo 21 de febrero
Simplemente teníamos que gozar y tener regocijo, porque este hermano tuyo estaba muerto y llegó a vivir (Luc. 15:32).

La ilustración del hijo pródigo da una fuerte motivación a los que han dejado la verdad para regresar a Jehová sin demora. Puede que se sientan agotados en sentido espiritual, avergonzados, y que el camino de retorno les parezca difícil. Pero el esfuerzo vale la pena, pues hasta en el cielo habrá alegría cuando regresen (Luc. 15:7, 11-32). No queremos ser “justo[s] en demasía”, de modo que no recibamos a pecadores que vuelven arrepentidos. Ser así nos causaría ruina espiritual (Ecl. 7:16). Otra lección es que debemos ver al que abandona la congregación como “una oveja perdida”, no como un caso perdido (Sal. 119:176). Si encontramos a una persona que se ha apartado de la congregación pero no está expulsada, ¿la ayudaremos de manera amorosa para que regrese? ¿Avisaremos cuanto antes a los ancianos para que ellos también la ayuden? Lo haremos si queremos aplicar con sabiduría la lección que dio Jesús con esta parábola. w14 15/12 2:12, 14, 15

sábado, 20 de febrero de 2016

Sábado 20 de febrero
Sigan absteniéndose de sangre (Hech. 15:29).

Las instrucciones que Jehová le dio al sumo sacerdote de Israel sobre qué hacer con la sangre en el Día de Expiación nos ayudan a entender mejor cómo la ve Dios. La sangre debía usarse con un único fin: expiar, o borrar, los pecados de quienes buscaban el perdón de Jehová. Ese día del año, el sumo sacerdote debía hacer salpicar la sangre de un toro y de una cabra macho delante de la cubierta del arca del pacto (Lev. 16:14, 15, 19). Con esto, Jehová perdonaría los pecados del pueblo. Dios también mandó que cualquiera que cazara a un animal, antes de comérselo, debía derramar su sangre y cubrirla con polvo. ¿Por qué? “Porque el alma [la vida] de toda clase de carne es su sangre.” (Lev. 17:11-14.) Cientos de años antes, Jehová les había dicho a Noé y a sus descendientes que no debían comer sangre; había prohibido consumirla para sustentar la vida (Gén. 9:3-6). w14 15/11 2:10, 11

jueves, 18 de febrero de 2016

Viernes 19 de febrero
La palabra de Dios es viva, y ejerce poder (Heb. 4:12).

Nunca se sabe qué efecto tendrá en alguien un texto bíblico bien elegido. Por ejemplo, dos Testigos de Australia llamaron a la puerta de una mujer joven. Uno de ellos le preguntó: “¿Sabe usted cómo se llama Dios?”. Y entonces le leyó Salmo 83:18. La joven cuenta el efecto que tuvieron en ella esas palabras: “¡No me lo podía creer! Cuando se fueron, subí a mi auto y fui a una librería que estaba a 35 millas [56 kilómetros] para comprobar si las otras Biblias decían lo mismo. También busqué el nombre en un diccionario. Cuando me convencí de que Dios se llama Jehová, me asaltó una gran pregunta: ‘¿Qué otras cosas no sé?’”. Poco después, ella y su futuro esposo comenzaron a estudiar la Biblia, y al cabo de algún tiempo se bautizaron. La Biblia cambia la vida de quienes la leen y aprenden a confiar en las promesas de Dios (1 Tes. 2:13). El mensaje de la Biblia tiene más poder para llegar al corazón que cualquier cosa que nosotros podamos decir. En efecto, la Palabra de Dios es viva y tiene mucho poder. ¡Usémosla siempre que podamos! w14 15/8 2:21, 22
Jueves 18 de febrero
Los ojos de Jehová están discurriendo por toda la tierra para mostrar su fuerza a favor de aquellos cuyo corazón es completo para con él (2 Crón. 16:9).

Antes de ser Testigo, a un hermano le gustaba el ambiente inmoral de los bailes a los que asistía. Desde que aprendió la verdad, ha evitado por completo el baile, incluso en reuniones entre cristianos, por temor a que se despierten malos deseos o pensamientos de su pasado. Por supuesto, a los cristianos no se nos exige evitar totalmente el alcohol, el baile u otras cosas que no son malas en sí mismas. Sin embargo, todos debemos actuar con decisión para protegernos de cualquier peligro espiritual. Llevar el nombre de Dios es un privilegio, pero conlleva una gran responsabilidad. Debemos “[renunciar] a la injusticia” y apartarnos de lo que es malo (Sal. 34:14). Claro, eso no siempre es fácil. Pero nos consuela saber que Jehová siempre amará “a los que le pertenecen”, a los que no se desvían de sus justos caminos (2 Tim. 2:19). w14 15/7 2:19, 20

miércoles, 17 de febrero de 2016

Miércoles 17 de febrero
El amor nunca falla (1 Cor. 13:8).

El amor sincero “no se siente provocado. No lleva cuenta del daño” (1 Cor. 13:5). No podríamos agradar a Dios si fuéramos rencorosos. Por otra parte, el resentimiento podría arder en nuestro interior como un fuego, perjudicándonos a nosotros mismos y a otros (Lev. 19:18). Además, como el amor “no se regocija por la injusticia”, no nos alegramos cuando alguien que nos odia es maltratado o sufre alguna injusticia (Prov. 24:17, 18). Cuando alguien nos ofende pero luego nos pide disculpas, el amor nos motiva a perdonarlo. El amor “cree” todas las cosas. Creemos todo lo que dice la Biblia y agradecemos el alimento espiritual que recibimos. Además, el amor “espera” todas las cosas. Esperamos con confianza lo que Jehová ha prometido. Y cuando nos hallamos en circunstancias muy difíciles, le oramos a Jehová y esperamos que todo salga bien. El amor “aguanta” todas las cosas. Hasta si alguien peca contra nosotros o si se nos persigue, aguantamos. Finalmente, “el amor nunca falla”. Así es, los siervos de Dios seguirán demostrándolo por toda la eternidad (1 Cor. 13:4-7). w14 15/6 2:14, 17, 18

lunes, 15 de febrero de 2016

Martes 16 de febrero
Estoy agradando a toda la gente en todas las cosas, no buscando mi propia ventaja, sino la de los muchos, para que se salven (1 Cor. 10:33).

Cuando llamamos a una casa, siempre debemos mostrar respeto por la persona con la que hablamos. Si encontramos a alguien dispuesto a escucharnos, debemos darle un buen testimonio, pero sin abusar de su hospitalidad. Quizás haya reservado ese tiempo para hacer alguna otra cosa que considera importante. Si dice que está ocupado, podemos prometerle que seremos breves... y cumplir con nuestra palabra (Mat. 5:37). Al acabar la conversación, conviene que le preguntemos cuándo le iría bien que lo visitáramos. A algunos publicadores les ha dado buenos resultados decir: “Me gustaría volver a visitarlo. ¿Sería mejor que lo llamara o le enviara un mensaje de texto antes de venir?”. Cuando nos adaptamos al horario de la gente, seguimos el ejemplo de Pablo, quien afirmó lo que leemos en el texto de hoy. w14 15/5 2:13
Lunes 15 de febrero
A los israelitas les dio mucho miedo (Éx. 14:10).

La situación en que se hallaban no debería haberlos sorprendido, pues Jehová había anunciado: “Faraón [...] correrá tras ellos, y yo me conseguiré gloria por medio de Faraón y de todas sus fuerzas militares” (Éx. 14:4). Pero los israelitas solo vieron lo que tenían ante sus ojos. Delante estaba el mar Rojo, imposible de cruzar, y detrás, los veloces carros de guerra del faraón. ¡Y quien los dirigía era un pastor de 80 años! Se sintieron atrapados. Pero Moisés no tuvo miedo. Los ojos de la fe le permitían ver algo mucho más poderoso que un mar o un ejército. Podía ver “la salvación de Jehová”, sabía que su Dios combatiría por ellos (Éx. 14:13, 14). Y su fe motivó al pueblo. “Por fe pasaron por el mar Rojo como en tierra seca —dice la Biblia—, pero los egipcios, al aventurarse sobre ella, fueron tragados.” (Heb. 11:29.) Entonces, “el pueblo empezó a temer a Jehová y a poner fe en Jehová y en Moisés su siervo” (Éx. 14:31). w14 15/4 2:15, 16

domingo, 14 de febrero de 2016

Domingo 14 de febrero
¡Bien hecho, esclavo bueno y fiel! (Mat. 25:21.)

En las cuatro ilustraciones que aparecen en Mateo 24:45 a 25:46, Jesús resalta cualidades que identificarían a sus discípulos en el tiempo del fin. ¿Qué lecciones contienen? En la ilustración sobre el esclavo se enfatiza que el pequeño grupo de ungidos que tiene la responsabilidad de alimentar a los domésticos debe ser fiel y discreto. En la parábola de las vírgenes se destaca que todos los ungidos deben estar preparados y alerta, pues no saben el día y la hora en que viene Jesús. En la ilustración de los talentos se muestra que los ungidos tienen que ser diligentes, o trabajadores, para cumplir con lo que Jehová les ha encargado. La última, la de las ovejas y las cabras, destaca que quienes tienen la esperanza de vivir en la Tierra deben ser leales y apoyar a los cristianos ungidos. w15 15/3 3:3

sábado, 13 de febrero de 2016

Sábado 13 de febrero
Las muchedumbres quedaron atónitas por su modo de enseñar (Mat. 7:28).

Cuando Jesús predicaba, sus palabras “llenas de gracia” maravillaban a quienes lo escuchaban (Luc. 4:22). Tenía la costumbre de dejar que la Palabra de Dios hablara por él. Leía de ella, la citaba y sabía exactamente qué texto usar en cada situación (Mat. 4:4, 7, 10; 12:1-5; Luc. 4:16-21). Cuando la explicaba, tocaba el corazón de las personas. Tras su resurrección, mientras hablaba con dos discípulos que iban de camino a Emaús, “les interpretó cosas referentes a él en todas las Escrituras”. ¿Cuál fue la reacción de ellos? Dijeron: “¿No nos ardía el corazón [...] cuando nos estaba abriendo por completo las Escrituras?” (Luc. 24:27, 32). La actitud de Jesús demostraba que era “de genio apacible”, sabía controlar sus emociones (Mat. 11:29). Siempre fue paciente con sus discípulos, a pesar de los defectos que tenían (Mar. 14:34-38; Luc. 22:24-27). Y nunca perdió la calma, incluso cuando se le trató injustamente (1 Ped. 2:23). w15 15/2 2:11, 12

viernes, 12 de febrero de 2016

Viernes 12 de febrero
Muéstrense agradecidos, amonestándose unos a otros con salmos, alabanzas a Dios, canciones espirituales con gracia (Col. 3:15, 16).

El ejemplo del apóstol Pablo nos ayuda a ser agradecidos. Es obvio que él meditaba en sus bendiciones, pues con frecuencia le daba las gracias a Dios desde lo más profundo de su corazón. Sabía muy bien que había sido “blasfemo y perseguidor y hombre insolente”. Así que se sentía agradecido porque, a pesar de su pasado, Jehová y Jesucristo habían sido misericordiosos y le habían confiado un “ministerio”, o trabajo (1 Tim. 1:12-14). Además, Pablo valoraba sinceramente a sus hermanos, y muchas veces le dio gracias a Jehová por las buenas cualidades que estos tenían y por su fiel servicio (Filip. 1:3-5, 7; 1 Tes. 1:2, 3). Cuando afrontaba pruebas, agradecía enseguida a Jehová todo lo que los hermanos hacían por él (Hech. 28:15; 2 Cor. 7:5-7). No nos sorprende, por tanto, que Pablo exhortara a los cristianos con las palabras del texto de hoy. w15 15/1 1:5

jueves, 11 de febrero de 2016

Jueves 11 de febrero
Ha sido levantado (Mat. 28:6).

Mucho antes de que nacieran los apóstoles de Jesús, ya había habido resurrecciones. Así que la idea de que los muertos pudieran volver a vivir no era nueva para ellos. Sabían que los profetas Elías y Eliseo habían resucitado a muertos gracias al poder de Dios (1 Rey. 17:17-24; 2 Rey. 4:32-37). Un hombre incluso volvió a vivir cuando, después de que lo arrojaran a la tumba de Eliseo, su cuerpo tocó los huesos de este (2 Rey. 13:20, 21). ¿Verdad que a todos nos conmueven las resurrecciones que hizo Jesús? Recordemos, por ejemplo, la ocasión en que devolvió la vida al único hijo de una viuda. ¿Imaginamos la cara de asombro de ella? (Luc. 7:11-15.) Jesús también resucitó a una niña de 12 años. ¡Qué alegría sintieron sus desconsolados padres al ver que estaba viva de nuevo! (Luc. 8:49-56.) Y pensemos en los que vieron a Lázaro salir de la tumba en perfecto estado. ¡Qué emocionante! (Juan 11:38-44.) w14 15/11 1:3, 4

miércoles, 10 de febrero de 2016

Miércoles 10 de febrero
Felices son los ojos de ustedes porque contemplan, y sus oídos porque oyen (Mat. 13:16).
¿Por qué podían entender a Jesús sus discípulos, mientras que otras personas no podían? Porque buscaban el verdadero significado de las palabras de Jesús, estaban dispuestos a aceptar nuevas ideas e incorporarlas a lo que ya sabían y porque usaban lo que habían oído, no solo en su vida, sino también para ayudar a otras personas (Mat. 13:11, 12,36, 51, 52). Si queremos entender las parábolas de Jesús, tenemos que hacer como sus discípulos. Primero, debemos dedicar tiempo a estudiar lo que Jesús dijo, investigar sobre las preguntas que nos surjan y meditar en lo que aprendemos. Así obtenemos conocimiento (Prov. 2:4, 5). Segundo, necesitamos ver cómo ese conocimiento encaja con lo que ya sabemos y pensar en cómo nos beneficia. Eso es el entendimiento (Prov. 2:2, 3). Y tercero, debemos usar lo que hemos aprendido, es decir, ponerlo en práctica en nuestras vidas. Así demostramos sabiduría (Prov. 2:6, 7). w14 15/12 

martes, 9 de febrero de 2016

Martes 9 de febrero
¿Es realmente el caso que Dios ha dicho que ustedes no deben comer de todo árbol? (Gén. 3:1.)

Después de preparar este hermoso planeta para que el hombre lo habitara, Jehová decretó, o decidió, tres cosas en cuanto a los seres humanos. Primero, que los crearía a su imagen. Segundo, que extenderían el Paraíso a toda la Tierra y la llenarían con hijos justos. Y tercero, que tendrían prohibido comer el fruto del árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo (Gén. 1:26, 28; 2:16, 17). Después de la creación del hombre, ya solo tendrían que cumplirse los otros dos decretos. En un malvado intento de impedir que el propósito de Dios se cumpliera, Satanás provocó una rebelión. Para ello, concentró su ataque en el decreto que más fácilmente podía frustrar: el que exigía que los seres humanos fueran obedientes. Así pues, tentó a la primera mujer, Eva, para lograr que comiera del fruto prohibido (Gén. 3:1-5; Rev. 12:9). De ese modo puso en duda que Dios tuviera derecho a gobernar a su creación. w14 15/10 1:4, 5

lunes, 8 de febrero de 2016


Lunes 8 de febrero

No guerreamos según lo que somos en la carne (2 Cor. 10:3).
Como tienen su conciencia educada por la Biblia, los verdaderos cristianos no aprenden a combatir ni van a la guerra. Miles de testigos de Jehová de todas las edades han sido perseguidos por su firme postura. Muchos han estado en prisiones y campos de trabajos forzados. En la Alemania nazi, algunos hasta fueron asesinados. A pesar de todo lo que sufrieron, nuestros hermanos europeos nunca olvidaron su comisión de predicar las buenas nuevas del Reino de Jehová. Por eso predicaron fielmente en prisiones, en campos de concentración y en el exilio. Al ver nuestra estricta neutralidad, miles de personas de todo el mundo se han convencido de que los testigos de Jehová les tenemos verdadero amor a Dios y al prójimo, de que practicamos el auténtico cristianismo (Juan 13:35). w14 15/9 1:2-4

domingo, 7 de febrero de 2016

Domingo 7 de febrero
Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado (Rom. 5:12).

Aunque Adán y Eva pecaron, para Jehová el responsable fue Adán. Satanás convenció a nuestros primeros padres de que no necesitaban que Jehová los gobernara. Eso hizo surgir esta pregunta fundamental: ¿quién tiene el derecho a gobernar? Para responderla de una vez y para siempre, Dios permitió que durante un tiempo los humanos se gobernaran a sí mismos, pues así se demostraría que cualquier gobierno independiente de él está condenado al fracaso. A lo largo de los siglos, el gobierno del hombre ha hundido a la humanidad en una calamidad tras otra. Solo en el siglo pasado murieron en distintas guerras unos 100 millones de personas, muchas de ellas inocentes. Sin duda, ya ha quedado más que demostrado que “no pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso” (Jer. 10:23). Por eso aceptamos a Jehová como nuestro gobernante (Prov. 3:5, 6). w14 15/8 1:4, 5

sábado, 6 de febrero de 2016

Sábado 6 de febrero
El fundamento sólido de Dios queda en pie, y tiene este sello: “Jehová conoce a los que le pertenecen”, y: “Que renuncie a la injusticia todo el que nombra el nombre de Jehová” (2 Tim. 2:19).

En tiempos del apóstol Pablo, algunos hombres que se llamaban cristianos adoptaron enseñanzas falsas; sin embargo, seguían reuniéndose con la congregación. Aunque a simple vista podían parecer iguales a los demás cristianos, su apostasía representaba un peligro para los fieles. Eran lobos con piel de oveja que estaban debilitando “la fe de algunos” (2 Tim. 2:16-18). Pablo estaba totalmente seguro de que Jehová podía ver la diferencia entre quienes lo adoraban sinceramente y quienes solo fingían hacerlo, y así se lo hizo saber a Timoteo cuando le escribió en su segunda carta inspirada. Tras referirse al daño espiritual que los apóstatas ya les estaban causando a algunos miembros de la congregación, señaló lo que leemos en el texto de hoy. w14 15/7 1:3, 4

viernes, 5 de febrero de 2016

Viernes 5 de febrero
Dios no mora en templos hechos de manos (Hech. 17:24).

¿Tiene sentido buscar a Dios? Claro que sí, pues él quiere que lo encontremos. El apóstol Pablo lo confirmó cuando le habló a un grupo de personas en el Areópago. Desde ese lugar podía verse el Partenón, templo dedicado a Atenea, que era la diosa patrona de la ciudad de Atenas. Imagínese que usted está allí entre la multitud cuando Pablo comienza a hablar del “Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él” y explica que “no mora en templos hechos de manos”. Entonces le escucha decir: “Hizo de un solo hombre toda nación de hombres, para que moren sobre la entera superficie de la tierra, y decretó los tiempos señalados y los límites fijos de la morada de los hombres, para que busquen a Dios, por si buscaban a tientas y verdaderamente lo hallaban, aunque, de hecho, no está muy lejos de cada uno de nosotros” (Hech. 17:25-27). En efecto, es posible encontrar a Dios. Más de siete millones y medio de testigos de Jehová lo han hallado y lo aman de corazón. w14 15/6 1:5

jueves, 4 de febrero de 2016

Jueves 4 de febrero
Cuando alguien responde a un asunto antes de oírlo, eso es tontedad de su parte y una humillación (Prov. 18:13).

Al hablar de la Biblia con alguien, tratemos primero de determinar qué es lo que en realidad piensa. De otro modo, quizá pasemos mucho tiempo rebatiendo algo que, de todas formas, la persona no cree (1 Cor. 9:26). Preguntar con prudencia nos ayudará a averiguar por qué una persona cree lo que cree. Por ejemplo, si en nuestro ministerio alguien nos dijera que no cree en Dios, ¿qué podríamos pensar? Sería fácil suponer que está influido por enseñanzas que son populares en este mundo, como la teoría de la evolución (Sal. 10:4). Sin embargo, hay quienes han perdido la fe en Dios por lo mucho que han sufrido ellos o han visto sufrir a otros. Les cuesta aceptar que un Dios de amor pueda permitir todo ese sufrimiento. Por lo tanto, una pregunta bien pensada puede servirnos para ver cuál será la mejor forma de ayudarlos (Prov. 20:5). w14 15/5 1:3, 5

miércoles, 3 de febrero de 2016

Miércoles 3 de febrero
No haciendo nada movidos por espíritu de contradicción ni por egotismo, sino considerando con humildad mental que los demás son superiores a ustedes (Filip. 2:3).

¿Qué es la humildad? En este mundo lleno de orgullo, muchas personas piensan que la humildad es señal de debilidad o de falta de confianza. Pero en realidad es todo lo contrario: ser humilde requiere fortaleza y valor. La humildad es lo opuesto al orgullo y la arrogancia, y está relacionada con la opinión que tenemos de nosotros mismos. Cierto diccionario bíblico dice que ser humilde es reconocer que Dios es mucho más poderoso e importante que nosotros. Aceptar esto evitará que nos creamos superiores a otras personas (Rom. 12:3). Como todos somos imperfectos, se nos hace difícil demostrar humildad. Por eso, si queremos cultivar esta cualidad, debemos meditar en la grandeza de Jehová y seguir los pasos de su Hijo. w15 15/2 1:4

martes, 2 de febrero de 2016


Moisés escogió ser maltratado con el pueblo de Dios más bien que disfrutar temporalmente del pecado (Heb. 11:24, 25).
Con los ojos de la fe, Moisés vio que los placeres o las ventajas que produce el pecado son temporales. Otros quizás no opinaran así porque Egipto, con toda su idolatría y espiritismo, se había convertido en una potencia mundial, mientras que los siervos de Jehová solo eran esclavos. Moisés sabía que Dios podía cambiar esa situación. A quienes vivían para los placeres parecía irles bien, pero él tenía fe en que los malvados serían destruidos. Por eso no cayó en la trampa de “disfrutar temporalmente del pecado”. ¿Cómo podemos evitar la trampa de “disfrutar temporalmente del pecado”? Recordemos que ese placer es momentáneo. Con los ojos de la fe, veamos que “el mundo va pasando, y también su deseo” (1 Juan 2:15-17). Meditemos en el futuro de los pecadores que no se arrepienten (Sal. 73:18, 19). Cuando nos veamos tentados a pecar, pensemos: “¿Qué futuro quiero?”. w14 15/4 1:2, 4, 5

lunes, 1 de febrero de 2016

Lunes 1 de febrero

Has escondido estas cosas de los sabios e intelectuales y las has revelado a los pequeñuelos (Mat. 11:25).
¿Por qué llamó Jesús a sus discípulos “pequeñuelos”? Porque eran humildes y estaban dispuestos a aprender, al igual que los niños. No eran como los intelectuales de su tiempo, que se creían muy sabios (Mat. 18:1-4). ¿Cómo los benefició ser humildes? Jehová usó su espíritu santo para ayudarlos a entender verdades importantes de las Escrituras. ¿Y qué ocurrió con los líderes religiosos judíos? Debido a su orgullo, se dejaron influir por Satanás y no consiguieron comprender dichas verdades. ¿Vemos ahora por qué estaba Jesús tan contento? Jehová había logrado que personas humildes, sin importar cuál fuera su nivel de educación, entendieran verdades profundas. Su enseñanza era sencilla, y eso le hacía muy feliz a Jesús. w15 15/3 1:2, 3