Miércoles 4 de mayo
Tenemos que entrar en el reino de Dios a través de muchas tribulaciones (Hech. 14:22).
¿Le sorprende que tengamos que pasar por “muchas tribulaciones” antes de alcanzar el premio de la vida eterna? Probablemente no. Sea que haya conocido la verdad hace poco o hace muchos años, usted sabe que las tribulaciones, o dificultades, son parte de la vida en este mundo de Satanás (Rev. 12:12). Además de lo que es “común a los hombres” —problemas que afectan a todos los seres humanos imperfectos—, los cristianos afrontamos otra prueba más (1 Cor. 10:13). ¿Cuál es? La intensa persecución que sufrimos por obedecer fielmente las leyes de Dios. Jesús dijo a sus discípulos: “El esclavo no es mayor que su amo. Si ellos me han perseguido a mí, a ustedes también los perseguirán” (Juan 15:20). ¿Quién está detrás de la persecución? Satanás. La Biblia lo describe como un “león rugiente” que intenta “devorar” a los siervos de Dios (1 Ped. 5:8). Como tal, usa cualquier medio a su alcance para que dejemos de ser leales. w14 15/9 2:1, 2
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