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sábado, 21 de mayo de 2016

Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones (Mat. 24:14).
Los cristianos sabían que no podrían cumplir con su comisión solos. Jesús les había asegurado que él estaría con ellos y que también tendrían la ayuda del espíritu santo (Mat. 28:20). Además, parece que las circunstancias de aquella época facilitaron la predicación. El libro La evangelización en la iglesia primitiva explica: “No hubo, probablemente, período de la historia del mundo que mejor se adaptara para recibir al naciente cristianismo que el siglo 1 d.C. [...] Allá por el siglo 2 los cristianos [...] comenzaron a sostener que la divina providencia había preparado al mundo para el advenimiento del cristianismo”. La Biblia no dice hasta qué punto intervino Jehová en los sucesos del primer siglo para que la predicación se extendiera. Lo que sí sabemos es que él quería que las buenas nuevas se predicaran, y Satanás no. w15 15/2 3:1, 5, 6

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