Vístanse de los tiernos cariños de la compasión (Col. 3:12).
“Los tiernos cariños de la compasión” forman parte de la nueva personalidad que todos los cristianos debemos cultivar (Col. 3:9, 10). ¿Cómo podemos ser más compasivos? Una manera es abriendo nuestro corazón de par en par (2 Cor. 6:11-13). Otra es escuchando con atención a quienes nos cuentan sus problemas (Sant. 1:19). Y preguntándonos: “Si yo estuviera en su lugar, ¿cómo me sentiría? ¿Qué necesitaría?” (1 Ped. 3:8). ¿Hay alguna hermana viuda en la congregación que necesita hacer una reparación en su casa? ¿Algún hermano mayor no tiene cómo llegar a las reuniones, o necesita ayuda para ir a predicar o a una cita médica? Hasta el más pequeño de los detalles puede significar mucho para nuestros hermanos (1 Juan 3:17, 18). Pero la mayor muestra de compasión es enseñar el mensaje de la Biblia a otras personas. Es lo mejor que podemos hacer por ellas. w15 15/2 1:14, 15
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