Lunes 15 de agosto
El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo. Otra vez: el reino de los cielos es semejante a un comerciante viajero que buscaba perlas excelentes (Mat. 13:44, 45).
Jesús usó estas dos parábolas para mostrar que hay varias maneras de descubrir la verdad. Algunas personas la buscan usando todo lo que está a su alcance. Otras la encuentran aunque no la estén buscando; quizás alguien les habla de ella. De cualquier modo, en ambas parábolas, cada hombre reconoció el valor de lo que había hallado y estuvo dispuesto a hacer enormes sacrificios para no perderlo. ¿Cómo nos ayudan estas dos parábolas? (Mat. 6:19-21.) Pregúntese: “¿Tengo la misma actitud de aquellos dos hombres que mencionó Jesús? ¿Atesoro la verdad como ellos? ¿Estoy dispuesto a hacer sacrificios para no perderla, o permito que otros asuntos me distraigan?” (Mat. 6:22-24, 33; Luc. 5:27, 28; Filip. 3:8). La alegría que sentimos por haber hallado la verdad fortalecerá nuestra determinación de ponerla en primer lugar en nuestra vida. w14 15/12 1:16-18
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