Contemplas, hermano, cuántos millares de creyentes hay entre los judíos; y todos son celosos por la Ley (Hech. 21:20).
Si deseamos que Jehová nos bendiga, debemos apoyar su organización y aceptar las actualizaciones de nuestra forma de entender las Escrituras. Veamos un ejemplo. Después de la muerte de Jesús, a miles de cristianos judíos se les hacía difícil dejar de seguir la Ley mosaica (Hech. 21:17-20). Pero en su carta a los Hebreos, Pablo los ayudó a aceptar el hecho de que habían sido santificados, no mediante los sacrificios que se ofrecían “según la Ley”, sino “mediante el ofrecimiento del cuerpo de Jesucristo una vez para siempre” (Heb. 10:5-10). Sin duda, la mayoría de aquellos cristianos judíos cambiaron su modo de pensar y progresaron espiritualmente. ¿La lección? Nosotros también debemos estudiar la Biblia con cuidado y aceptar con mente abierta cualquier cambio en nuestra forma de entender la Palabra de Dios o en los métodos de predicación. w14 15/5 4:15
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