Las vírgenes que estaban listas entraron con él al banquete de bodas (Mat. 25:10).
Las vírgenes discretas no solo tuvieron que prepararse bien, también tuvieron que mantenerse alerta. No obstante, Jesús dijo que todas las vírgenes, las 10, “cabecearon y se durmieron”. ¿Qué quiso enseñar Jesús con esto? Que incluso alguien que desea mantenerse alerta pudiera quedarse dormido, es decir, debilitarse o distraerse, mientras espera su llegada. Los ungidos fieles se han esforzado mucho por seguir esta advertencia. En la parábola de Jesús, todas las vírgenes reaccionaron cuando escucharon: “¡Aquí está el novio!”. Ahora bien, solo las vírgenes discretas se mantuvieron alerta hasta su llegada (Mat. 25:5, 6; 26:41). En la actualidad, los ungidos se han mantenido alerta y han reconocido la señal que demuestra que el Novio está a punto de llegar. w15 15/3 2:2, 9
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