Den gracias a Jehová, porque él es bueno (Sal. 106:1).
A lo largo de la historia, las bendiciones de Jehová le han causado gran alegría a su pueblo. Por ejemplo, cuando los israelitas fueron liberados del faraón y su ejército en el mar Rojo, se sintieron tan felices que entonaron canciones de alabanza y gratitud (Éx. 15:1-21). Hoy, los siervos de Jehová valoramos muchísimo nuestra esperanza de ser liberados de toda tristeza y dolor (Sal. 37:9-11; Is. 25:8; 33:24). Imaginemos cómo nos sentiremos cuando Jehová destruya a todos sus enemigos y nos reciba en un nuevo mundo de paz y justicia. ¡Entonces sí que tendremos razones para estar agradecidos! (Rev. 20:1-3;21:3, 4.) Pero, pase lo que pase mientras tanto, sabemos que Jehová nunca nos abandonará (Deut. 31:8; Sal. 9:9, 10). Él seguirá dándonos todo lo que necesitemos para serle fieles. Por lo tanto, meditemos con aprecio en todas nuestras bendiciones y sigamos la exhortación del texto del día. w15 15/1 1:14, 15
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