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viernes, 8 de enero de 2016


Viernes 8 de enero
No es bueno que el hombre continúe solo. Voy a hacerle una ayudante, como complemento de él (Gén. 2:18).

Adán recibió de Dios un regalo muy especial, pues la mujer iba a ser la ayudante perfecta para él. Además, ella tendría el privilegio de dar a luz hijos. De hecho, “Adán llamó a su esposa por nombre Eva, porque ella tenía que llegar a ser la madre de todo el que viviera” (Gén. 3:20; nota). ¡Qué hermoso regalo le dio Jehová a la primera pareja humana! Tendrían la capacidad de procrear otros seres humanos perfectos. De ese modo, toda la Tierra acabaría siendo un paraíso lleno de personas perfectas que tendrían la labor de cuidar a los demás seres vivos (Gén. 1:27, 28). Para recibir las bendiciones que Jehová les tenía preparadas, Adán y Eva debían obedecerle y aceptar su autoridad (Gén. 2:15-17). Solo así podrían cumplir su propósito para ellos. Pero, por desgracia, le hicieron caso a “la serpiente original”, Satanás, y pecaron contra Dios (Rev. 12:9; Gén. 3:1-6). w14 15/8 1:1-3

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