Jueves 21 de enero
Vivo por la fe que es para con el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí (Gál. 2:20).
¿Cómo podemos combatir el desánimo? Una de las mejores maneras es meditando en el rescate. Eso hizo Pablo. A veces se sentía desdichado por ser pecador, pero sabía que Cristo no murió para salvar a personas perfectas, sino a pecadores (Rom. 7:24). Pablo reconoció que lo salvaba a él personalmente. Ver el rescate así, como un regalo que Jehová nos hace a cada uno, puede ayudarnos muchísimo. Por supuesto, eso no significa que el desánimo desaparecerá al instante. Algunos quizás tengamos que luchar contra esta táctica encubierta hasta que llegue el nuevo mundo. Pero ¡no se rinda! Recuerde que los que aguanten hasta el fin recibirán el premio. Cada vez estamos más cerca del glorioso día en que el Reino de Dios traerá la paz y ayudará a todos los seres humanos fieles a alcanzar la perfección. Resuélvase a entrar en ese Reino aunque tenga que pasar por muchas tribulaciones. w14 15/9 2:20, 21
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