Jueves 14 de enero
El alimento sólido pertenece a personas maduras, a los que mediante el uso tienen sus facultades perceptivas entrenadas para distinguir tanto lo correcto como lo incorrecto (Heb. 5:14).
El buen juicio está muy relacionado con el discernimiento. Implica distinguir lo que está bien de lo que está mal y elegir lo que es correcto. El cristiano que tiene buen juicio toma decisiones que fortalecen su amistad con Dios. Se esfuerza por no ofender a otros con sus palabras y acciones. Más bien, trata siempre de animarlos (Prov. 11:12, 13). Además, es “tardo para la cólera” (Prov. 14:29). Las decisiones que toma le permiten avanzar “directamente adelante” en su camino por la vida, sin desviarse ni a la derecha ni a la izquierda (Prov. 15:21). ¿Qué podemos hacer para tener buen juicio? Estudiar la Biblia y aplicar lo que aprendemos (Prov. 2:1-5, 10, 11). Y, sobre todo, seguir el ejemplo de Jesús, quien siempre ha actuado con buen juicio. w15 15/2 2:10
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