Miércoles 13 de enero
El que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón (Mat. 5:28).
La inmoralidad sexual suele empezar con lo que entra por los ojos (2 Ped. 2:14). Muchos hermanos que terminaron cayendo en esta trampa empezaron haciendo cosas que debilitaron sus defensas. Algunos veían pornografía, leían publicaciones de contenido erótico o accedían a páginas de Internet con imágenes obscenas. Otros veían películas, funciones de teatro o programas de televisión con escenas de sexo explícito. Y algunos incluso llegaron a ir a clubes nocturnos, a espectáculos de striptease o a salas de masajes eróticos. Vivimos en un mundo en que todo se acepta y la gente da rienda suelta a sus impulsos sexuales, así que es muy fácil que nuestro corazón traicionero nos lleve a sentir algo por una tercera persona (Jer. 17:9, 10). Jesús advirtió: “Del corazón salen razonamientos inicuos, asesinatos, adulterios, fornicaciones” (Mat. 15:19). w15 15/1 4:4, 5
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