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lunes, 25 de enero de 2016

Lunes 25 de enero
Al grado que lo hicieron a uno de los más pequeños de estos hermanos míos, a mí me lo hicieron (Mat. 25:40).

Al principio del discurso que encontramos en los capítulos 24 y 25 de Mateo, Jesús ya había indicado que la señal de su presencia tendría un rasgo sobresaliente. Dijo: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada” (Mat. 24:14). Y antes de hablar de las ovejas y las cabras, había relatado la parábola de los talentos. Jesús usó esa parábola con el fin de recordar a sus “hermanos” ungidos que debían estar activos en la predicación. Pero ¿cómo podría el pequeño grupo de ungidos predicar a “todas las naciones” antes del fin? La parábola de las ovejas y las cabras muestra que las ovejas ayudarían a los ungidos. ¿De qué modo? Una de las mejores formas de hacerlo es apoyándolos en la obra de predicar. w15 15/3 4:9, 10

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