Jueves 7 de enero
Estén presentes mañana delante de Jehová, tú y ellos y Aarón (Núm. 16:16).
A primera vista, todos los que estaban ante el sumo sacerdote Aarón parecían siervos leales de Jehová. Pero Coré y sus seguidores eran unos orgullosos, rebeldes y egoístas que querían quitarle el sacerdocio a Aarón (Núm. 16:1-11). Se habían engañado pensando que Dios aceptaría su adoración. Pero sus ambiciones eran un insulto para Jehová, quien ve los corazones y sabía que eran hipócritas (Jer. 17:10). Justo el día anterior, Moisés había predicho: “Por la mañana Jehová dará a conocer quién le pertenece a él” (Núm. 16:5). En armonía con sus palabras, quedó bien claro quiénes le servían de verdad y quiénes eran hipócritas. ¿Cómo? “Un fuego salió de Jehová y procedió a consumir [a Coré y] a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso.” (Núm. 16:35; 26:10.) En cambio, Jehová dejó con vida a Aarón, demostrando que era el sacerdote que él aprobaba y que lo consideraba un sincero siervo suyo (1 Cor. 8:3). w14 15/7 1:1, 2
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