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martes, 30 de septiembre de 2014

Martes 30 de septiembre

 
El que es humilde de espíritu se asirá de la gloria (Prov. 29:23).

Cuando escucha la palabra gloria, ¿qué le viene a la mente? ¿El esplendor de la creación? (Sal. 19:1.) ¿Las alabanzas que reciben los más ricos, los más inteligentes o los que han hecho cosas extraordinarias? En la Biblia, la palabra hebrea para “gloria” transmite la idea de peso. Antiguamente, las monedas se fabricaban con metales preciosos y su valor dependía de su peso; cuanto más pesaban, más valiosas eran. Por eso, la palabra que se traduce “gloria” se empezó a usar para referirse a algo valioso, admirable o impresionante. Tal vez la gente dé gloria, u honre, a alguien por su poder, posición o reputación. Pero ¿y Jehová? Las Escrituras explican a qué clase de personas honra él. En Proverbios 22:4 dice: “El resultado de la humildad y del temor de Jehová es riquezas y gloria y vida”. Y el discípulo Santiago escribió: “Humíllense a los ojos de Jehová, y él los ensalzará”, o les dará honra (Sant. 4:10). w13 15/2 4:1, 2

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