Daré a pueblos el cambio a un lenguaje puro (Sof. 3:9).
Algunos gobiernos humanos exigen que quienes solicitan la ciudadanía hablen el idioma mayoritario del país. Incluso después de haberla obtenido, a algunas personas les toma años dominar esa lengua. Quizás aprendan rápidamente las reglas gramaticales, pero pronunciar bien las palabras les cuesta más. De igual modo, el Reino de Dios exige a sus ciudadanos aprender lo que la Biblia llama el “lenguaje puro”. ¿Qué es ese lenguaje? Es la verdad sobre Dios y sus propósitos, la cual se halla en la Biblia. “Hablar” el lenguaje puro significa obedecer las leyes y principios divinos. Los ciudadanos del Reino de Dios tal vez aprendan enseguida las enseñanzas bíblicas fundamentales. Pero incluso después de su bautismo, todos deben esforzarse por “hablar” el lenguaje puro cada vez mejor. ¿De qué manera? Cerrando la brecha entre lo que saben sobre los principios bíblicos y lo que hacen en la práctica. w12 15/8 2:4
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