En el primer viaje misional de Pablo con Bernabé, Marcos fue su “servidor”, quizás en el sentido de que atendía sus necesidades físicas. Sin embargo, al llegar a Panfilia los abandonó sin previo aviso, justo cuando tenían que viajar hacia el norte atravesando una región frecuentada por bandidos (Hech. 13:5, 13). Parece que en vez de centrarse en sus puntos débiles, Bernabé se fijó en sus cualidades y más adelante aprovechó la oportunidad de seguir capacitándolo (Hech. 15:37-39). Como resultado, aquel joven se convirtió en un siervo de Jehová maduro. Es interesante que estuviera en Roma atendiendo a Pablo, quien se hallaba en prisión, cuando este escribió su carta a los Colosenses. En ella, el apóstol incluyó los saludos de Marcos y habló bien de él (Col. 4:10). Imaginemos la satisfacción que Bernabé debió de sentir cuando, en otra ocasión, Pablo incluso solicitó la ayuda de Marcos (2 Tim. 4:11). w14 15/6 4:13
No hay comentarios:
Publicar un comentario