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miércoles, 6 de julio de 2016

¿Por qué juzgas a tu hermano? ¿O por qué también menosprecias a tu hermano? Pues todos estaremos de pie ante el tribunal de Dios (Rom. 14:10).
No estaría bien que sospecháramos de nuestros hermanos sin motivo (Rom. 14:11, 12; 1 Cor. 13:7). En realidad, la tendencia a desconfiar de los hermanos puede dañar nuestra propia relación con Jehová. Cada cristiano es responsable de examinar “su propia obra” (Gál. 6:4). Todos somos imperfectos. Por esta razón, cualquiera de nosotros podría volverse algo hipócrita en su forma de adorar a Jehová sin siquiera darse cuenta (Heb. 3:12, 13). Por eso, de vez en cuando deberíamos examinar nuestros motivos. Podemos preguntarnos: “¿Adoro a Jehová porque lo amo y reconozco su soberanía? ¿O les doy más importancia a las bendiciones que espero disfrutar en el Paraíso?” (Rev. 4:11). Si reflexionamos en estas preguntas, podremos arrancar de nuestro corazón cualquier indicio de hipocresía que descubramos. w14 15/7 1:15, 16

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