Algunos cristianos han ido debilitando sus principios morales por pasar tiempo con compañeros de trabajo no Testigos fuera de horas laborables. Otros se han enfrentado a la tentación en el mismo lugar de empleo. Eso fue lo que le pasó a un joven llamado José. Mientras trabajaba, se dio cuenta de que la esposa de su jefe se sentía muy atraída por él. Día tras día intentaba seducirlo. Finalmente, “se agarró de él por su prenda de vestir, y dijo: ‘¡Acuéstate conmigo!’”. Pero José se fue de allí corriendo. ¿Qué le ayudó a mantenerse fiel a sus principios? Que estaba decidido a no romper su amistad con Jehová. Es verdad que perdió su trabajo y acabó en prisión, pero Jehová lo bendijo (Gén. 39:1-12; 41:38-43). Ya sea en el empleo o en cualquier otro lugar, un cristiano debe evitar situaciones en las que podría sentirse tentado a serle infiel a su pareja. w15 15/1 4:8, 9
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