No quebrantará ninguna caña cascada, y no extinguirá ninguna mecha de lino que humea (Is. 42:3).
El apóstol Mateo aplicó esas palabras de Isaías a Jesús (Mat. 12:20). Jesús hablaba de manera tierna a las personas, especialmente a los pobres y maltratados. Animaba con sus palabras a quienes se sentían como una caña doblada o como una llama a punto de apagarse. Llevaba un mensaje de esperanza “para vendar a los quebrantados de corazón” (Is. 61:1). Invitaba a acercarse a él a los que se sentían cargados y los refrescaba con sus palabras (Mat. 11:28-30). Además, les aseguró a sus seguidores que Dios se interesaba por ellos, incluso por los que parecían “pequeños” o poco importantes para el mundo (Mat. 18:12-14; Luc. 12:6, 7). ¿Cómo podemos ser tiernos y compasivos como Jesús? La Biblia nos anima a mostrar sentimientos de ternura, aunque a veces se nos haga difícil. La compasión nos motiva a hacer algo por otras personas, especialmente por las que se sienten como una caña doblada o como una llama a punto de apagarse. w15 15/2 1:13-15
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