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martes, 19 de julio de 2016


Hijo mío, no olvides mi ley, y observe tu corazón mis mandamientos (Prov. 3:1).

Tarde o temprano, sus hijos tendrán que decidir por ellos mismos si servirán o no a Jehová. No piense que van a asimilar sus creencias de forma automática. Deben cultivar una amistad personal con Jehová. Si usted ve que a su hijo le cuesta hacer eso, ¿por qué no le ayuda a replantearse las verdades básicas? Ayúdele a hacerse preguntas de este tipo: “¿Cómo sé yo que Dios existe? ¿Qué me convence a mí de que realmente le importo? ¿Por qué creo que sus normas son buenas para mí?”. Demuestre ser un buen pastor y guíe con paciencia a sus hijos para que comprueben que servir a Jehová es lo mejor que pueden hacer con su vida (Rom. 12:2). Todos los cristianos verdaderos queremos imitar al Gran Pastor, Jehová (Efes. 5:1; 1 Ped. 2:25). Los padres, en especial, tienen que conocer bien a su rebaño, a sus queridos hijos. Deben hacer todo lo posible por guiarlos hacia las bendiciones que Jehová les tiene preparadas. w14 15/9 3:17, 18

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