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domingo, 31 de julio de 2016


Persiste en estas cosas (1 Tim. 4:16).
Aunque empleemos las preguntas mejor pensadas, los razonamientos más convincentes y las ilustraciones más eficaces, no todo el mundo aceptará el mensaje del Reino (Mat. 10:11-14). Al fin y al cabo, relativamente pocos aceptaron las enseñanzas de Jesús, ¡y eso que él fue el mejor maestro que ha pisado la Tierra! (Juan 6:66; 7:45-48.) Podemos ser eficaces en el ministerio aun si no nos consideramos maestros excepcionales (Hech. 4:13). La Biblia nos da buenas razones para creer que “todos los que [están] correctamente dispuestos para vida eterna” aceptarán las buenas nuevas (Hech. 13:48). Por lo tanto, tengamos un punto de vista equilibrado tanto de aquellos a quienes llevamos las buenas nuevas como de nosotros mismos. Aprovechemos bien la educación que Jehová nos proporciona. Así seremos mejores maestros, y eso nos beneficiará a nosotros y a quienes nos escuchan. Jehová nos enseña cómo “dar una respuesta a cada uno” (Col. 4:6). w14 15/5 1:15, 16
Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros (Heb. 13:4).
Algunos cristianos han ido debilitando sus principios morales por pasar tiempo con compañeros de trabajo no Testigos fuera de horas laborables. Otros se han enfrentado a la tentación en el mismo lugar de empleo. Eso fue lo que le pasó a un joven llamado José. Mientras trabajaba, se dio cuenta de que la esposa de su jefe se sentía muy atraída por él. Día tras día intentaba seducirlo. Finalmente, “se agarró de él por su prenda de vestir, y dijo: ‘¡Acuéstate conmigo!’”. Pero José se fue de allí corriendo. ¿Qué le ayudó a mantenerse fiel a sus principios? Que estaba decidido a no romper su amistad con Jehová. Es verdad que perdió su trabajo y acabó en prisión, pero Jehová lo bendijo (Gén. 39:1-12; 41:38-43). Ya sea en el empleo o en cualquier otro lugar, un cristiano debe evitar situaciones en las que podría sentirse tentado a serle infiel a su pareja. w15 15/1 4:8, 9

viernes, 29 de julio de 2016


Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Tu espíritu es bueno; que me guíe en la tierra de la rectitud (Sal. 143:10).
Aunque Jehová pone sus consejos al alcance de todos, no obliga a nadie a seguirlos. Tenemos que pedirle su espíritu santo si queremos que nos guíe, y él nos lo dará generosamente (Luc. 11:10-13). Ahora bien, la Biblia dice: “Presten atención a cómo escuchan” (Luc. 8:18). Por ejemplo, sería de hipócritas pedirle a Jehová que nos ayudara a vencer una inclinación inmoral y entonces ver pornografía o películas inmorales. Más bien, debemos asegurarnos de estar siempre en lugares o circunstancias donde el espíritu santo pueda estar presente. Sabemos que ese espíritu está en las reuniones de la congregación. Muchos hermanos, al escuchar la voz de Jehová en ellas, se han dado cuenta de que en su corazón estaba anidando un mal deseo y han corregido la situación, ahorrándose mucho sufrimiento (Sal. 73:12-17). w14 15/8 4:16

jueves, 28 de julio de 2016


Tomaron consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos (Hech. 12:25).
En el primer viaje misional de Pablo con Bernabé, Marcos fue su “servidor”, quizás en el sentido de que atendía sus necesidades físicas. Sin embargo, al llegar a Panfilia los abandonó sin previo aviso, justo cuando tenían que viajar hacia el norte atravesando una región frecuentada por bandidos (Hech. 13:5, 13). Parece que en vez de centrarse en sus puntos débiles, Bernabé se fijó en sus cualidades y más adelante aprovechó la oportunidad de seguir capacitándolo (Hech. 15:37-39). Como resultado, aquel joven se convirtió en un siervo de Jehová maduro. Es interesante que estuviera en Roma atendiendo a Pablo, quien se hallaba en prisión, cuando este escribió su carta a los Colosenses. En ella, el apóstol incluyó los saludos de Marcos y habló bien de él (Col. 4:10). Imaginemos la satisfacción que Bernabé debió de sentir cuando, en otra ocasión, Pablo incluso solicitó la ayuda de Marcos (2 Tim. 4:11). w14 15/6 4:13

miércoles, 27 de julio de 2016


Con tu consejo me guiarás (Sal. 73:24).
Siempre que necesitemos guía, podemos “[tomar] en cuenta” lo que piensa Jehová acudiendo a su Palabra y poniendo en práctica los principios bíblicos (Prov. 3:6). A veces, sin embargo, las pruebas pueden prolongarse. Puede que tengamos un choque de personalidades con alguien en la congregación. Por ejemplo, supongamos que un hermano le dice algo que le parece poco considerado. Para colmo, entonces el hermano recibe más responsabilidades en la congregación, y usted ve que otros lo tienen en alta estima. Perplejo, se pregunta: “¿Cómo es posible? ¿Acaso Jehová no ve lo que está ocurriendo? ¿Es que no va a hacer nada?” (Sal. 13:1, 2; Hab. 1:2, 3). Cuando se nos dice algo o se nos llama la atención, quizás nos ofendamos y no nos demos cuenta de que estamos más equivocados de lo que creemos. Pero Jehová puede ver si realmente necesitamos ser corregidos. w14 15/4 5:10, 12-14

miércoles, 20 de julio de 2016


Mejor es el fin de un asunto que su principio (Ecl. 7:8).
En años recientes, algunas sucursales se han fusionado con otras más grandes. Aunque esa medida ha supuesto sacrificios para quienes servían en ellas, en poco tiempo todos los implicados han visto claramente las ventajas. ¡Qué privilegio tienen esos trabajadores entusiastas de formar parte de la historia moderna del pueblo de Jehová! Al fusionarse sucursales, hay betelitas a los que se ha invitado a servir de precursores. Entre ellos estuvieron Florian y Anja, quienes dijeron: “Vemos nuestra asignación como un reto apasionante. Es maravilloso que Jehová nos use, sin importar dónde”. Aunque la mayoría de nosotros tal vez nunca tengamos que enfrentarnos a esos cambios, ¿verdad que podemos imitar la buena actitud de estos hermanos y, como ellos, poner el Reino en primer lugar? (Is. 6:8.) Jehová siempre bendice a los que valoran el privilegio de trabajar con él dondequiera que sea. w14 15/10 3:10, 15

martes, 19 de julio de 2016


Hijo mío, no olvides mi ley, y observe tu corazón mis mandamientos (Prov. 3:1).

Tarde o temprano, sus hijos tendrán que decidir por ellos mismos si servirán o no a Jehová. No piense que van a asimilar sus creencias de forma automática. Deben cultivar una amistad personal con Jehová. Si usted ve que a su hijo le cuesta hacer eso, ¿por qué no le ayuda a replantearse las verdades básicas? Ayúdele a hacerse preguntas de este tipo: “¿Cómo sé yo que Dios existe? ¿Qué me convence a mí de que realmente le importo? ¿Por qué creo que sus normas son buenas para mí?”. Demuestre ser un buen pastor y guíe con paciencia a sus hijos para que comprueben que servir a Jehová es lo mejor que pueden hacer con su vida (Rom. 12:2). Todos los cristianos verdaderos queremos imitar al Gran Pastor, Jehová (Efes. 5:1; 1 Ped. 2:25). Los padres, en especial, tienen que conocer bien a su rebaño, a sus queridos hijos. Deben hacer todo lo posible por guiarlos hacia las bendiciones que Jehová les tiene preparadas. w14 15/9 3:17, 18

sábado, 16 de julio de 2016

Noé halló favor a los ojos de Jehová (Gén. 6:8).
Noé era un “hombre justo” que “resultó exento de falta entre sus contemporáneos”. Como “andaba con el Dios verdadero”, Jehová le encargó construir un arca enorme (Gén. 6:9, 14-16). Su diseño permitiría que hombres y animales sobrevivieran al Diluvio. Obedientemente, Noé hizo “todo lo que le había mandado Jehová”. Con buena organización y la ayuda de su familia, terminó la construcción. Entonces, después de que los animales entraron en el arca, “Jehová cerró [...] la puerta” (Gén. 7:5, 16). En el Diluvio, que tuvo lugar en el año 2370 antes de nuestra era, Dios borró “toda cosa existente que había sobre la superficie del suelo”, pero salvó a Noé y su familia (Gén. 7:23). Todas las personas que viven hoy son descendientes de Noé, de sus hijos y de sus esposas. Ahora bien, toda la gente malvada que quedó fuera del arca murió porque no quiso escuchar a Noé, “predicador de justicia” (2 Ped. 2:5). w14 15/5 3:6, 7

jueves, 14 de julio de 2016


Dejen de juzgar, para que no sean juzgados (Mat. 7:1).
Si un hermano en la fe se ha debilitado por problemas personales, en vez de juzgarlo o sospechar de él, lo más importante para nosotros deber ser ayudarlo espiritualmente (1 Tes. 5:14). Si nos paramos a pensar en las circunstancias de nuestros hermanos, quizás veamos su aparente debilidad de otra manera. Por ejemplo, algunas hermanas que llevan años aguantando la oposición de su familia pueden parecer débiles, pero ¿verdad que demuestran una fe y una fuerza interior sobresalientes? O cuando vemos a una madre sola asistir regularmente a las reuniones con sus hijos, ¿no nos impresionan su fe y su determinación? ¿Y qué hay de los adolescentes que siguen en la verdad a pesar de las presiones que soportan en la escuela? En vista de todo lo que hacen nuestros hermanos por servir a Jehová, está claro que, aun si parecen débiles, pueden ser “ricos en fe” (Sant. 2:5). w14 15/6 3:9, 10
Nadie puede servir como esclavo a dos amos; porque u odiará al uno y amará al otro, o se apegará al uno y despreciará al otro. No pueden ustedes servir como esclavos a Dios y a las Riquezas (Mat. 6:24).
Nuestro Padre, Jehová, ha prometido ayudarnos a conseguir las cosas que de verdad necesitamos si nosotros ponemos su Reino y su justicia primero en la vida (Mat. 6:33). Por eso, los cristianos verdaderos siempre tenemos una alternativa. No importa qué problemas se presenten, siempre hay una manera de afrontarlos cumpliendo los principios bíblicos. Jehová asegura que nos dará una “salida” (1 Cor. 10:13). Si demostramos confianza en él pidiéndole sabiduría y siguiendo sus mandatos y principios, “él mismo obrará” en nuestro favor (Sal. 37:5, 7). Bendecirá nuestros esfuerzos sinceros por servirle solo a él, nuestro único Amo. Si lo ponemos en primer lugar, él se encargará de que nos vaya bien (Gén. 39:3). w14 15/4 3:17

martes, 12 de julio de 2016


Dense a conocer sus peticiones a Dios (Filip. 4:6).
Sheryl tenía apenas 13 años cuando el supertifón Haiyan arrasó con la región central de Filipinas a finales del 2013. Lo perdió prácticamente todo. Ella dijo: “Perdí mi casa y a casi toda mi familia”. Sus padres y tres de sus hermanos murieron a causa de la fuerte oleada. ¿Qué le ha permitido a Sheryl afrontar esta enorme tragedia sin amargarse? Tener una actitud agradecida y no perder de vista las cosas buenas que sí tiene. “Vi todo lo que el pueblo de Jehová hizo para ayudarnos y animarnos —comentó—. Sabía que en todas partes había hermanos que oraban por mí.” Y agregó: “Doy gracias por tener a Jehová. Él siempre nos da lo que necesitamos”. Así es, tener presentes nuestras bendiciones impedirá que nos consuma el dolor. Un corazón agradecido nos ayuda a seguir adelante a pesar de las pruebas que se presenten (Efes. 5:20). w15 15/1 1:13

jueves, 7 de julio de 2016

Fortalecieron a los discípulos, animándolos a permanecer en la fe, y diciendo: “Tenemos que entrar en el reino de Dios a través de muchas tribulaciones” (Hech. 14:22).
A primera vista, esa declaración pudiera parecer extraña. Al fin y al cabo, la perspectiva de sufrir “muchas tribulaciones” no es muy animadora. ¿Cómo es posible, entonces, que Pablo y Bernabé fortalecieran a los discípulos con un mensaje que les anunciaba más dificultades? Para entenderlo, examinemos con cuidado las palabras de Pablo. No se limitó a decir: “Tenemos que aguantar muchas tribulaciones”. Más bien, dijo: “Tenemos que entrar en el reino de Dios a través de muchas tribulaciones”. Así pues, fortaleció a los discípulos centrándose en el resultado de su fidelidad. La recompensa no era una simple ilusión. De hecho, Jesús había declarado: “El que haya aguantado hasta el fin es el que será salvo” (Mat. 10:22). Si aguantamos, recibiremos una recompensa. Pero, como Pablo señaló, mientras tanto tenemos que sufrir muchas tribulaciones. w14 15/9 2:4-6
Derramaré mi espíritu sobre toda clase de carne, y sus hijos y sus hijas ciertamente profetizarán (Joel 2:28).
Jesús trataba con mucha bondad a las mujeres. ¿Recuerda cómo trató a una mujer que llevaba doce años padeciendo hemorragias? Cuando ella se acercó desde atrás entre la multitud y le tocó la ropa, ¿qué hizo él? En vez de regañarla, le dijo amablemente: “Hija, tu fe te ha devuelto la salud. Ve en paz, y queda sana de tu penosa enfermedad” (Mar. 5:25-34). Entre los discípulos de Jesús había algunas mujeres que lo atendían a él y a los apóstoles (Luc. 8:1-3). Y en el Pentecostés del año 33, unos 120 hombres y mujeres recibieron el espíritu de Dios de un modo especial (Hech. 2:1-4). Con ese milagroso suceso, Jehová indicó que le había retirado su apoyo a la apóstata nación de Israel y que ahora favorecía al “Israel de Dios”, compuesto por hombres y mujeres (Gál. 3:28; 6:15, 16). Entre las cristianas que predicaron las buenas nuevas en el siglo primero estuvieron las cuatro hijas de Felipe el evangelizador (Hech. 21:8, 9). w14 15/8 1:16, 17

miércoles, 6 de julio de 2016

¿Por qué juzgas a tu hermano? ¿O por qué también menosprecias a tu hermano? Pues todos estaremos de pie ante el tribunal de Dios (Rom. 14:10).
No estaría bien que sospecháramos de nuestros hermanos sin motivo (Rom. 14:11, 12; 1 Cor. 13:7). En realidad, la tendencia a desconfiar de los hermanos puede dañar nuestra propia relación con Jehová. Cada cristiano es responsable de examinar “su propia obra” (Gál. 6:4). Todos somos imperfectos. Por esta razón, cualquiera de nosotros podría volverse algo hipócrita en su forma de adorar a Jehová sin siquiera darse cuenta (Heb. 3:12, 13). Por eso, de vez en cuando deberíamos examinar nuestros motivos. Podemos preguntarnos: “¿Adoro a Jehová porque lo amo y reconozco su soberanía? ¿O les doy más importancia a las bendiciones que espero disfrutar en el Paraíso?” (Rev. 4:11). Si reflexionamos en estas preguntas, podremos arrancar de nuestro corazón cualquier indicio de hipocresía que descubramos. w14 15/7 1:15, 16

martes, 5 de julio de 2016

Tus propias consolaciones empezaron a acariciar mi alma (Sal. 94:19).
Jehová es compasivo con quienes sufren (Is. 49:13). Estudiar la Biblia nos ayuda a ver con más claridad cuánto se interesa por nosotros, y eso profundiza nuestro amor por él. También debemos orar regularmente. Eso nos acerca a Jehová, el “Oidor de la oración” (Sal. 65:2). Cuando vemos que contesta nuestras oraciones, nuestro amor por él aumenta. Por ejemplo, quizás en algún momento hayamos comprobado que nunca permite que seamos tentados más allá de lo que podemos soportar (1 Cor. 10:13). Tal vez en momentos de angustia le hemos suplicado que nos ayude y hemos sentido la incomparable “paz de Dios” (Filip. 4:6, 7). En ocasiones tal vez le hemos hecho una oración silenciosa, como la que hizo Nehemías, y luego nos hemos dado cuenta de que Jehová la respondió (Neh. 2:1-6). Así es: al “[perseverar] en la oración”, nuestro amor por Dios aumenta y nos sentimos más seguros de que nos ayudará cuando nos enfrentemos a pruebas de fe (Rom. 12:12). w14 15/6 1:15, 16

lunes, 4 de julio de 2016

Abriré mi boca con ilustraciones (Mat. 13:35).
Hay quien cree que Dios ha puesto al Diablo a cargo de un infierno para que torture a la gente. A alguien que piensa así podríamos decirle: “Suponga que su hijo se vuelve muy rebelde y hace muchas cosas malas. ¿Qué haría usted?”. Quizás el padre diga que trataría de corregirlo (Prov. 22:15). Pero ¿qué haría si su hijo rechazara todos sus esfuerzos? Lo más seguro es que diga que no le quedaría más remedio que castigarlo. Después podríamos preguntarle: “¿Y si se enterara de que alguien muy malo ha influido en él para que se vuelva rebelde?”. Sin duda, el padre dirá que se enojaría mucho con esa persona. Para aclarar la lección, podríamos decir: “Entonces, sabiendo que esa es la persona que ha descarriado a su hijo, ¿le pediría precisamente a ella que castigara a su hijo por usted?”. Por supuesto, la respuesta será que no. ¡Está claro, pues, que Dios no usaría a Satanás para castigar a las personas a las que Satanás mismo ha descarriado! w14 15/5 1:12, 14

Abriré mi boca con ilustraciones (Mat. 13:35).
Hay quien cree que Dios ha puesto al Diablo a cargo de un infierno para que torture a la gente. A alguien que piensa así podríamos decirle: “Suponga que su hijo se vuelve muy rebelde y hace muchas cosas malas. ¿Qué haría usted?”. Quizás el padre diga que trataría de corregirlo (Prov. 22:15). Pero ¿qué haría si su hijo rechazara todos sus esfuerzos? Lo más seguro es que diga que no le quedaría más remedio que castigarlo. Después podríamos preguntarle: “¿Y si se enterara de que alguien muy malo ha influido en él para que se vuelva rebelde?”. Sin duda, el padre dirá que se enojaría mucho con esa persona. Para aclarar la lección, podríamos decir: “Entonces, sabiendo que esa es la persona que ha descarriado a su hijo, ¿le pediría precisamente a ella que castigara a su hijo por usted?”. Por supuesto, la respuesta será que no. ¡Está claro, pues, que Dios no usaría a Satanás para castigar a las personas a las que Satanás mismo ha descarriado! w14 15/5 1:12, 14

sábado, 2 de julio de 2016

Si esperamos lo que no vemos, seguimos aguardándolo con aguante (Rom. 8:25).


No consideramos que hayamos malgastado los años que hemos servido a Dios. Más bien, estamos convencidos de que “las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 Cor. 4:16-18). La fe permite percibir “realidades aunque no se contemplen” (Heb. 11:1). La persona física no ve el gran valor de servir a Jehová. Para ella, los tesoros espirituales “son necedad” ...(1 Cor. 2:14). Nosotros, sin embargo, esperamos disfrutar de la vida eterna y presenciar la resurrección, cosas que el mundo no alcanza a ver. Igual que los filósofos que llamaron a Pablo ignorante “charlatán”, hoy la mayoría de la gente piensa que la esperanza que predicamos es una completa insensatez (Hech. 17:18). Puesto que vivimos en un mundo sin fe, debemos luchar por no perder nuestra fe. Supliquémosle a Jehová que “[nuestra] fe no desfallezca” (Luc. 22:32). w14 15/4 1:17-19

viernes, 1 de julio de 2016

No quebrantará ninguna caña cascada, y no extinguirá ninguna mecha de lino que humea (Is. 42:3).
El apóstol Mateo aplicó esas palabras de Isaías a Jesús (Mat. 12:20). Jesús hablaba de manera tierna a las personas, especialmente a los pobres y maltratados. Animaba con sus palabras a quienes se sentían como una caña doblada o como una llama a punto de apagarse. Llevaba un mensaje de esperanza “para vendar a los quebrantados de corazón” (Is. 61:1). Invitaba a acercarse a él a los que se sentían cargados y los refrescaba con sus palabras (Mat. 11:28-30). Además, les aseguró a sus seguidores que Dios se interesaba por ellos, incluso por los que parecían “pequeños” o poco importantes para el mundo (Mat. 18:12-14; Luc. 12:6, 7). ¿Cómo podemos ser tiernos y compasivos como Jesús? La Biblia nos anima a mostrar sentimientos de ternura, aunque a veces se nos haga difícil. La compasión nos motiva a hacer algo por otras personas, especialmente por las que se sienten como una caña doblada o como una llama a punto de apagarse. w15 15/2 1:13-15