No sean holgazanes en sus quehaceres. Fulguren con el espíritu.
Sirvan a Jehová como esclavos (Rom. 12:11).
La Ley que Jehová le dio a Israel nos ayuda a entender la clase de esclavos que debemos ser. Los esclavos judíos tenían que ser liberados después de seis años de esclavitud (Éx. 21:2). Pero si un esclavo amaba a su amo y deseaba continuar a su servicio, la Ley incluía una excepción que le permitía hacerlo. El amo tenía que apoyarle la oreja contra una puerta, o el marco de una puerta, y perforarla con un punzón (Éx. 21:5, 6). ¿Qué tenía de particular la oreja? En hebreo, el concepto de obediencia se expresa con una palabra que significa oír o escuchar. Así que la perforación de la oreja simbolizaba el deseo del esclavo de seguir sirviendo y obedeciendo a su amo. Esto nos ayuda a comprender en qué consiste nuestra dedicación a Jehová: en estar dispuestos a obedecerlo porque lo amamos. w13 15/10 2:2
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