Continúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros. Como Jehová los perdonó liberalmente a ustedes, así también háganlo ustedes (Col. 3:13).
A veces resulta difícil perdonar. Hasta a algunos cristianos ungidos del siglo primero les costó poner a un lado sus diferencias (Filip. 4:2). Si un hermano nos hace daño, ¿qué nos ayudará a no guardarle rencor? Veamos el caso de Job. Él se sintió muy herido cuando Elifaz, Bildad y Zofar lo acusaron sin causa (Job 10:1; 19:2). Al final, Jehová censuró a aquellos falsos amigos y les mandó que acudieran a Job para presentar una ofrenda por sus pecados (Job 42:7-9). Pero también exigió que Job hiciera algo: tenía que orar por ellos. Cuando Job lo hizo, Jehová lo bendijo por estar dispuesto a perdonarlos (Job 42:10, 12, 16, 17). ¿Qué nos enseña esto? Que orar sinceramente por alguien que nos ha ofendido nos ayudará a no seguir resentidos con él. w13 15/6 3:16, 17
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