Ni practiquemos fornicación, como algunos de ellos cometieron fornicación, de modo que cayeron (1 Cor. 10:8).
Como es obvio, los siervos de Dios no andamos buscando tentaciones que pudieran llevarnos a cometer inmoralidad sexual. Más bien, le pedimos a Jehová que nunca permita que cedamos cuando alguien nos tiente a desobedecerle (Mat. 6:13). Pero Satanás sigue tratando de debilitar nuestra espiritualidad mientras luchamos por mantenernos leales en este mundo tan sucio (Efes. 6:12). Como es el dios de este sistema de cosas, sabe aprovecharse de nuestra inclinación al pecado y nos pone en el camino tentaciones que suelen resultarles atrayentes a los seres humanos imperfectos (1 Cor. 10:13). Imagínese que se le ofreciera la oportunidad de satisfacer cierto deseo de forma inmoral. ¿Qué decisión tomaría? Es vital que preparemos el corazón ahora, antes de que se ponga a prueba nuestra lealtad (Sal. 78:8). w13 15/5 5:12, 13
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