Que se aseguren de las cosas más importantes (Filip. 1:10).
La mayoría de los precursores tienen un horario muy apretado. Puede resultar difícil hacerlo todo, y por ello se requiere buena organización personal (1 Cor. 14:33, 40). Si un precursor tiene dificultades para alcanzar la meta de horas, tal vez deba replantearse cómo está usando el tiempo (Efes. 5:15, 16). Le convendría preguntarse: “¿Cuánto tiempo dedico en realidad al entretenimiento? ¿Necesito ser más disciplinado? ¿Podría ajustar mi horario de trabajo seglar?”. Cualquier cristiano sabe que es fácil que cosas poco importantes se cuelen en su ocupada agenda. Por lo tanto, quienes están en el servicio de tiempo completo hacen bien en analizar de tanto en tanto su situación y hacer cambios si es necesario. La lectura diaria de la Biblia, el estudio personal y la meditación deberían ser parte del horario de los precursores. En consecuencia, necesitan controlarse para que las actividades menos importantes no les quiten el tiempo que han apartado para las cosas esenciales. w13 15/9 5:12, 13
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