Jueves 5 de marzo
Se hallan alejadas de la vida que pertenece a Dios (Efes. 4:18).
Para reconciliarse con Jehová, las personas deben convencerse primero de que existe y de que hay buenas razones para acercarse a él. Nosotros podemos ayudarlas a adquirir el conocimiento que necesitan para convencerse. Un modo de lograrlo es animarlas a observar la creación, pues cuando esta se examina sin ideas preconcebidas, se perciben la sabiduría y el poder de Dios (Rom. 1:19, 20). Pero la creación por sí sola no contesta algunas de las preguntas más desconcertantes de la vida, como por qué permite Dios el sufrimiento, cuál es su propósito para la Tierra o si se interesa por cada uno de nosotros. La única forma de que nuestros semejantes puedan entender las buenas nuevas y el propósito de Dios es estudiando la Biblia. ¡Qué privilegio tenemos de ayudarlos a dar respuesta a sus preguntas! Sin embargo, para llegar a su corazón no basta con exponerles los hechos; debemos persuadirlos (2 Tim. 3:14). Y podemos hacerlo mejor si seguimos el ejemplo de Jesús. w13 15/5 1:6-8
Cada uno tiene que resultar ser como escondite contra el viento y escondrijo contra
la tempestad de lluvia (Is. 32:2).
No hace mucho, a celosos Testigos de distintos continentes se les preguntó: “¿Qué cualidad valora más en un anciano?”. La gran mayoría respondió: “Que sea accesible”. Al explicar por qué para ella es tan esencial que un anciano sea accesible, una hermana señaló: “Para conocer sus buenas cualidades y beneficiarme de ellas, es preciso que pueda sentirme cómoda conversando con él”. ¿Vemos la lógica de este comentario? Ahora bien, ¿qué hace que alguien sea accesible? Una de las claves para ser accesible es el interés sincero por los demás. Cuando un anciano se preocupa por sus hermanos y está dispuesto a sacrificarse por ellos, todos lo notan, incluso los más jóvenes (Mar. 10:13-16). Claro está, no es cuestión de que un anciano afirme que es accesible, sino que debe demostrarlo (1 Juan 3:18). w13 15/6 1:5, 6
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