Martes 1 de marzo
Estoy agradecido a Cristo Jesús nuestro Señor, que me impartió poder, porque me consideró fiel y me asignó a un ministerio, aunque antes era blasfemo (1 Tim. 1:12, 13).
¿Cómo podemos imitar el ejemplo de Pablo? Meditando en lo que Jehová ha hecho por nosotros a nivel personal (Sal. 116:12). Si nos preguntaran qué bendiciones hemos recibido, ¿qué contestaríamos? ¿Incluiríamos nuestra amistad con Jehová? ¿Pensaríamos en el sacrificio de Cristo, que hace posible el perdón de nuestros pecados? ¿Hablaríamos de los hermanos que han estado a nuestro lado en los momentos difíciles? Probablemente también mencionaríamos a nuestro cónyuge, a nuestros queridos hijos... Si dedicamos tiempo a meditar en todas estas bendiciones, nuestro corazón se llenará de agradecimiento a Jehová. Entonces nos sentiremos impulsados a darle gracias cada día de nuestra vida (Sal. 92:1, 2). w15 15/1 1:5, 6
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