Jueves 17 de marzo
Considerando con humildad que los demás son superiores (Filip. 2:3).
Todos agradecemos que otros se dirijan a nosotros con respeto, pero también con franqueza. ¿Cómo mostramos esa misma consideración a quienes encontramos en el ministerio? En muchas zonas debemos decirle desde el principio a quien nos atiende por qué estamos allí. Es cierto que llevamos una información valiosa que él no tiene, pero suponga que, sin habernos presentado como es debido, comenzamos la conversación bruscamente preguntándole algo así: “Si pudiera quitar algún problema de este mundo, ¿cuál quitaría?”. Sabemos que el objetivo de esta pregunta es averiguar qué piensa y dirigir la conversación a la Biblia. Pero él podría pensar: “¿Quién es este desconocido, y por qué me pregunta eso? ¿Qué es lo que quiere?”. Así que, tratemos de que se sienta cómodo. ¿Cómo lograrlo? La clave es ponernos en el lugar de las personas de nuestro territorio y dirigirnos a ellas de manera que estén dispuestas a escucharnos. w14 15/5 2:14-16
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