Jueves 31 de marzo
Somos colaboradores de Dios (1 Cor. 3:9).
Jehová siempre disfruta de su trabajo (Sal. 135:6; Juan 5:17). Y desea que tanto ángeles como seres humanos tengan ese mismo sentimiento, así que les encarga tareas que los llenan de satisfacción. Por ejemplo, decidió que su Hijo unigénito lo ayudara en la creación (Col. 1:15, 16). Antes de venir a la Tierra, Jesús estuvo con Dios en el cielo “como un obrero maestro” (Prov. 8:30). De principio a fin, la Biblia muestra que Jehová siempre ha encargado misiones a los ángeles. Cuando Adán y Eva pecaron y fueron expulsados del jardín de Edén, Dios “apostó los querubines y la hoja llameante de una espada que continuamente daba vueltas para guardar el camino al árbol de la vida” (Gén. 3:24). Y Revelación 22:6 indica que Jehová “envió a su ángel para mostrar a sus esclavos las cosas que tienen que efectuarse dentro de poco”. w14 15/10 3:1, 2
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