[Bat-seba] envió e informó a David y dijo: “Estoy encinta” (2 Sam. 11:5).
En lugar de permitir que jueces humanos condenaran a muerte a los adúlteros según la Ley mosaica, Jehová se compadeció de David y Bat-seba e intervino personalmente (Lev. 20:10). Un factor que quizás impulsó a Jehová a perdonar a David fue la misericordia que este le tuvo a Saúl (1 Sam. 24:4-7; 2 Sam. 12:13). Jehová nos trata igual que nosotros tratamos a los demás. Jesús explicó: “Dejen de juzgar, para que no sean juzgados; porque con el juicio con que ustedes juzgan, serán juzgados; y con la medida con que miden, se les medirá” (Mat. 7:1, 2). ¡Cuánto nos alivia saber que Jehová perdona nuestros pecados, incluso si son tan graves como el adulterio o el asesinato! Pero solo lo hará si nosotros estamos dispuestos a perdonar, le confesamos nuestros pecados y demostramos un cambio de actitud. Cuando un pecador se arrepiente de corazón, vienen “tiempos de refrigerio” de parte de Jehová (Hech. 3:19). w12 15/11 4:9, 10
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