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lunes, 22 de diciembre de 2014

Lunes 22 de diciembre

El corazón es más traicionero que cualquier otra cosa, y es desesperado. ¿Quién puede conocerlo? (Jer. 17:9.)
 
Dos cuestiones de vital importancia son nuestra actitud en cuanto al sexo y nuestra forma de ver el matrimonio. Quienes no son ciudadanos del Reino de Dios quizás toleren la homosexualidad, consideren que la pornografía es una diversión inofensiva y opinen que el adulterio y el divorcio son asuntos de decisión personal. En cambio, los ciudadanos del Reino han dejado atrás esos criterios miopes y egoístas. Aunque muchos llevaban vidas inmorales antes de ser cristianos, ahora comprenden que el sexo y el matrimonio son regalos de Jehová. Valoran las elevadas normas divinas y tienen muy claro que quienes practican actos sexuales inmorales son indignos de ser ciudadanos del Reino (1 Cor. 6:9-11). Sin embargo, también reconocen que el corazón es traicionero. Por eso agradecen recibir advertencias concretas que los ayuden a mantener elevadas normas morales. w12 15/8 2:9


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