Domingo 14 de diciembre
Jonatán empezó a [amar a David] como a su propia alma (1 Sam. 18:1).
Jonatán, el hijo mayor del rey Saúl, tenía todas las probabilidades de heredar el trono de Israel. Sin embargo, Jehová eligió a David para ese puesto. Jonatán respetó la decisión divina e hizo todo lo que pudo para “fortalecerle la mano” a David, arriesgando incluso su propia vida al defenderlo ante Saúl, su padre. Y lealmente animó a su amigo con estas palabras: “Tú mismo serás rey sobre Israel, y yo mismo llegaré a ser segundo a ti” (1 Sam. 20:30-34; 23:16, 17). No es de extrañar que, a la muerte de Jonatán, David expresara su dolor y el cariño que le tenía en una conmovedora canción (2 Sam. 1:17, 26). Jonatán se sometía por completo al Señor Soberano Jehová y apoyaba sin reservas a David, el ungido de Dios. Del mismo modo, nosotros debemos respaldar gustosamente a los hermanos que han sido nombrados para guiarnos (1 Tes. 5:12, 13; Heb. 13:17, 24). w12 15/4 2:8, 9
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