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martes, 30 de diciembre de 2014

Miércoles 31 de diciembre

 
Del corazón salen razonamientos inicuos, asesinatos, adulterios, fornicaciones, hurtos, testimonios falsos, blasfemias (Mat. 15:19).

Un hermano con un corazón insensible podría cometer adulterio o fornicación, y si no se arrepintiera, podría perder para siempre el favor divino. Pero incluso un cristiano que no ha cometido tales pecados podría estar alimentando un mal deseo en su corazón (Mat. 5:27, 28). Ahí es donde un buen autoexamen puede ser de mucha ayuda. Si lo lleváramos a cabo, ¿encontraríamos algún sentimiento impropio hacia alguien del sexo opuesto, algún anhelo secreto que Dios no aprobaría y que deberíamos arrancar? ¿Y qué hay de aquel que no ha llegado a cometer un asesinato pero deja que el rencor crezca en su interior hasta el punto de odiar a un hermano en la fe? (Lev. 19:17.) ¿Luchará por desarraigar esos sentimientos que podrían endurecerle el corazón? (Mat. 5:21, 22.) w13 15/3 2:13, 14
 

Martes 30 de diciembre



Amaban la gloria de los hombres más que la misma gloria de Dios (Juan 12:43).

La gloria de los hombres puede oscurecer la gloria divina. ¿Cómo es posible? Para entenderlo, comparemos la gloria a la luz. El universo está lleno de luz. ¿Recuerda la última noche que miró al cielo y descubrió un manto de miles de estrellas? “La gloria de los cuerpos celestes” nos deja boquiabiertos (1 Cor. 15:40, 41). Ahora bien, cuando miramos al cielo en una ciudad muy iluminada, ¿se ve igual? Claro que no. Las luces de la ciudad casi no nos dejan disfrutar del brillo de las lejanas estrellas. Esto no se debe a que las luces de las calles, los estadios deportivos o los edificios sean más brillantes y hermosas que las del cielo, sino a que están más cerca de nosotros y estorban nuestra visión de la creación de Jehová. Como las luces de la ciudad, la gloria de los hombres pudiera estar muy cerca de nuestro corazón e impedir que valoráramos la gloria que Jehová quiere darnos. w13 15/2 4:6, 8, 9

lunes, 29 de diciembre de 2014

Lunes 29 de diciembre



No que seamos nosotros amos sobre la fe de ustedes, porque espor su fe que están firmes (2 1:24

Con las palabras que leemos en el texto de hoy, el apóstol Pablo reconoció que los cristianos de Corinto eran fieles gracias a su fe en Dios, no gracias a él o a otras personas. Opinaba que no era necesario controlar la fe de sus hermanos, y tampoco lo deseaba, pues confiaba en que ellos querían hacer lo correcto (2 Cor. 2:3). Los superintendentes cristianos de nuestros días imitan al apóstol Pablo, pues demuestran su confianza en la fe y los motivos que tienen sus hermanos para servir a Dios (2 Tes. 3:4). En vez de establecer reglas rígidas en la congregación, siguen los principios bíblicos y la dirección que da la organización de Jehová. Al fin y al cabo, no son dueños de la fe de los demás (1 Ped. 5:2, 3). w13 15/1 5:3


sábado, 27 de diciembre de 2014

Domingo 28 de diciembre

Domingo 28 de diciembre
 
Glorificaré tu nombre hasta tiempo indefinido (Sal. 86:12).
 
En general, las iglesias de la cristiandad han dejado de emplear el nombre de Dios. Por ejemplo, cierta versión inglesa de la Biblia dice en su prólogo: “El uso de cualquier nombre propio para el Dios que es uno y único [...] es enteramente inapropiado para la fe universal de la Iglesia Cristiana” (Revised Standard Version). Los testigos de Jehová, en cambio, estamos orgullosos de portar el nombre de Dios y glorificarlo (Is. 43:10). Además, nos sentimos privilegiados por comprender el significado de ese nombre y la cuestión universal relacionada con su santificación (Mat. 6:9). Conocer el nombre de Dios significa mucho más que oír y pronunciar la palabra Jehová. Implica conocer qué clase de Dios es Jehová, sus cualidades, propósitos y actividades según se exponen en la Biblia, por ejemplo, cuando esta habla de cómo trata a sus siervos. Jehová concede este entendimiento de manera progresiva, de acuerdo con el desarrollo de su propósito (Prov. 4:18). w13 15/3 5:1-3

Sábado 27 de diciembre

 
[Abrahán] vino a ser llamado “amigo de Jehová” (Sant. 2:23).
 
Dios prometió que todas las familias de la Tierra —y no solo una nación— se bendecirían mediante Abrahán y sus descendientes (Gén. 22:15-18). A pesar de que faltaba mucho para que esa promesa divina se hiciera realidad, Abrahán siempre estuvo convencido de que se cumpliría. Pasó más de la mitad de su vida yendo de un sitio a otro con su familia, y durante todo ese tiempo conservó su amistad con Jehová. Aunque no sabía cuánto tendría que esperar, Abrahán jamás permitió que se debilitaran el amor y la devoción que sentía por Dios. Mantuvo su vista fija en la promesa, y por eso no buscó alguna nación en la cual establecer su residencia permanente (Heb. 11:14, 15). ¿Qué aprendemos de su ejemplo? La importancia de llevar una vida sencilla y no preocuparnos más de lo debido por las posesiones materiales, la posición social o el éxito profesional. Al igual que Abrahán, aguardamos algo muchísimo mejor. w12 15/12 4:7-9

viernes, 26 de diciembre de 2014

Viernes 26 de diciembre

 
[Bat-seba] envió e informó a David y dijo: “Estoy encinta” (2 Sam. 11:5).

En lugar de permitir que jueces humanos condenaran a muerte a los adúlteros según la Ley mosaica, Jehová se compadeció de David y Bat-seba e intervino personalmente (Lev. 20:10). Un factor que quizás impulsó a Jehová a perdonar a David fue la misericordia que este le tuvo a Saúl (1 Sam. 24:4-7; 2 Sam. 12:13). Jehová nos trata igual que nosotros tratamos a los demás. Jesús explicó: “Dejen de juzgar, para que no sean juzgados; porque con el juicio con que ustedes juzgan, serán juzgados; y con la medida con que miden, se les medirá” (Mat. 7:1, 2). ¡Cuánto nos alivia saber que Jehová perdona nuestros pecados, incluso si son tan graves como el adulterio o el asesinato! Pero solo lo hará si nosotros estamos dispuestos a perdonar, le confesamos nuestros pecados y demostramos un cambio de actitud. Cuando un pecador se arrepiente de corazón, vienen “tiempos de refrigerio” de parte de Jehová (Hech. 3:19). w12 15/11 4:9, 10


miércoles, 24 de diciembre de 2014

Jueves 25 de diciembre

¿Qué haré, Señor? (Hech. 22:10.)

Pablo, conocido entonces como Saulo, respondió con estas sinceras palabras a las instrucciones del Señor Jesús glorificado, quien se le había aparecido en una visión para que no siguiera persiguiendo a sus discípulos. Saulo se arrepintió de sus hechos pasados, se bautizó y aceptó la comisión especial de dar testimonio de Jesús a las naciones. Pablo difundió con celo el mensaje del Reino por toda Asia Menor y algunas regiones de Europa, donde fundó y volvió a visitar muchas congregaciones. Siguió llamando a Jesús “Señor” y obedeciéndolo como tal hasta el fin de su vida en la Tierra (Hech. 22:6-16; 2 Cor. 4:5; 2 Tim. 4:8). No fue como aquellos a quienes Cristo dijo: “¿Por qué me llaman ‘¡Señor! ¡Señor!’, pero no hacen las cosas que digo?” (Luc. 6:46). En efecto, Jesús espera que cuantos lo aceptan como su Señor cumplan con su palabra, como hizo el apóstol Pablo. w12 15/10 4:5, 6

martes, 23 de diciembre de 2014

Miércoles 24 de diciembre

Tómate una esposa de las hijas de Labán (Gén. 28:2).

Jacob obedeció a su padre Isaac. Abandonando la seguridad que le proporcionaba su familia inmediata, que vivía en Canaán, viajó cientos de kilómetros, probablemente solo, hasta la región de Harán (Gén. 28:10). Puede que se preguntara: “¿Cuánto tiempo estaré ausente? ¿Me acogerá bien mi tío y me concederá una esposa que adore a Dios?”. Cualquier preocupación de ese tipo sin duda desapareció cuando Jehová le dijo en un sueño: “Aquí estoy yo contigo y ciertamente te guardaré en todo el camino por el cual estás yendo, y ciertamente te haré volver a este suelo, porque no voy a dejarte hasta que realmente haya hecho lo que te he hablado” (Gén. 28:15). ¡Cuánto debieron de tranquilizar y consolar a Jacob aquellas afectuosas palabras! ¿Puede usted imaginárselo después de esa experiencia, ansioso por ver cómo iba a cumplir Dios su promesa? Si usted ha dejado su hogar, quizás para apoyar la predicación en otro país, con toda probabilidad entenderá los sentimientos de Jacob. Y sin duda habrá visto pruebas de la protección de Jehová en su propio caso. w13 15/3 4:6, 7

lunes, 22 de diciembre de 2014

Martes 23 de diciembre

Martes 23 de diciembre
 
En los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar (2 Tim. 3:1).
 
Hoy día hay personas que no creen en Dios, pero sí temen que este mundo esté a punto de ser destruido por un cataclismo. Por eso, su lema es: “Comamos y bebamos, porque mañana hemos de morir” (1 Cor. 15:32). Nosotros, en cambio, no tenemos miedo. No nos aislamos del mundo ni nos entregamos a deseos egoístas (Prov. 18:1). Más bien, sacrificamos voluntariamente nuestro tiempo, energías y demás recursos para difundir las buenas nuevas del Reino (Mat. 16:24). Nos encanta servir a Dios, sobre todo ayudando a otras personas a conocerlo. Ahora bien, gran parte del mundo de Satanás nos odia, así que es posible que se nos persiga por nuestras creencias (Juan 15:19; 16:2). Pero en lugar de rendirnos, nosotros nos acercaremos a Jehová mucho más de lo que jamás habríamos imaginado (Sant. 1:2-4; 4:8). w12 15/9 4:79

Lunes 22 de diciembre

El corazón es más traicionero que cualquier otra cosa, y es desesperado. ¿Quién puede conocerlo? (Jer. 17:9.)
 
Dos cuestiones de vital importancia son nuestra actitud en cuanto al sexo y nuestra forma de ver el matrimonio. Quienes no son ciudadanos del Reino de Dios quizás toleren la homosexualidad, consideren que la pornografía es una diversión inofensiva y opinen que el adulterio y el divorcio son asuntos de decisión personal. En cambio, los ciudadanos del Reino han dejado atrás esos criterios miopes y egoístas. Aunque muchos llevaban vidas inmorales antes de ser cristianos, ahora comprenden que el sexo y el matrimonio son regalos de Jehová. Valoran las elevadas normas divinas y tienen muy claro que quienes practican actos sexuales inmorales son indignos de ser ciudadanos del Reino (1 Cor. 6:9-11). Sin embargo, también reconocen que el corazón es traicionero. Por eso agradecen recibir advertencias concretas que los ayuden a mantener elevadas normas morales. w12 15/8 2:9


sábado, 20 de diciembre de 2014

Domingo 21 de diciembre

Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles (1 Cor. 15:33).

Analicemos los siguientes versículos: “No me he sentado con hombres de falsedad; ni entro con los que esconden lo que son” (Sal. 26:4). “El que está andando con personas sabias se hará sabio, pero al que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal.” (Prov. 13:20.) Estos versículos nos enseñan lecciones muy valiosas. Primero, que Jehová quiere que elijamos bien nuestros amigos, pues desea protegernos moral y espiritualmente. Y segundo, que es inevitable que nuestras amistades influyan en nosotros, para bien o para mal. Por otro lado, la forma en que estos pasajes están redactados revela que Jehová pretende apelar a nuestros sentimientos. ¿En qué sentido? Notemos que no se trata de mandatos que nos dicen “No hagas esto o aquello”, sino de afirmaciones directas que exponen claras verdades. Es como si Jehová nos dijera: “Las cosas son así y así. Y ahora, ¿qué vas a hacer? ¿Qué hay en tu corazón?”. w12 15/7 2:11, 12

Sábado 20 de diciembre

La montaña de los olivos tendrá que partirse por en medio (Zac. 14:4).

¿Qué representa esta montaña? ¿Por qué tiene que “partirse por en medio” y convertirse en dos montañas? ¿Y por qué dice Jehová “mis montañas”? (Zac. 14:5.) En la Biblia, las montañas pueden representar reinos, o gobiernos. Y la montaña de Dios se relaciona con bendiciones y protección (Sal. 72:3; Is. 25:6, 7). Por tanto, “la montaña de los olivos”, sobre la que Dios se pone de pie, representa la soberanía universal de Jehová, es decir, su derecho a ser el Gobernante Supremo del universo. ¿En qué sentido se parte en dos “la montaña de los olivos”? La montaña, situada al este de Jerusalén, se parte en el sentido de que Jehová establece un nuevo gobierno: el Reino mesiánico. Este gobierno secundario también pertenece a Dios, aunque él lo pone en manos de Jesucristo. Por esa razón, cuando “el monte de los Olivos” se divide y forma dos montañas, Jehová las llama “mis montañas” (Zac. 14:4, nota; 14:5). w13 15/2 3:8, 9


Viernes 19 de diciembre

Los ojos de Jehová están sobre los justos, y sus oídos están hacia su ruego (1 Ped. 3:12).

Una relación estrecha con Jehová no surge de la noche a la mañana. Se requiere tiempo para llegar a conocerlo bien y amarlo. Por tanto, resuélvase a dedicar algún tiempo todos los días a leer su Palabra. Los amigos de Dios crecen espiritualmente gracias a sus oraciones sinceras y a las buenas compañías (Mal. 3:16). Como un padre amoroso, Jehová está atento a nuestras súplicas. Así pues, debemos “persever[ar] en la oración” (Rom. 12:12). No podemos seguir siendo cristianos plenamente desarrollados sin la ayuda de Dios. Las presiones de este sistema son demasiado grandes para resistirlas y superarlas por nosotros mismos. Si dejamos de orar, nos separaremos del aporte constante de fortaleza que Dios quiere y puede darnos. ¿Está usted satisfecho con la calidad de sus oraciones, o ve que debe mejorar en este aspecto? (Jer. 16:19.) w13 15/3 3:11, 12


jueves, 18 de diciembre de 2014

Jueves 18 de diciembre

 El que confía en sus riquezas... él mismo caerá (Prov. 11:28).

Si ponemos en primer lugar “el reino y la justicia de Dios”, él bendecirá los esfuerzos que con equilibrio hacemos para cubrir nuestras necesidades básicas (Mat. 6:33; Efes. 4:28). Ahora bien, Jehová no desea que al asistir a las reuniones sigamos pensando en el dinero o que estemos muy cansados por culpa del e...xceso de trabajo. En el mundo, mucha gente opina que la única manera de disfrutar de un futuro seguro y tranquilo es dedicarse a ganar dinero. Hasta presionan a sus hijos para que tengan las mismas metas materialistas. Pero Jesús enseñó que esta forma de pensar no es razonable (Luc. 12:15-21). No seamos como Guehazí, quien creyó que podía satisfacer su ambición y aun así conservar su amistad con Jehová (2 Rey. 5:20-27). Confiar en nuestros ahorros, inversiones o habilidad para ganar dinero equivale a confiar en Satanás, “el dios de este sistema” (2 Cor. 4:4; 1 Tim. 6:17). w13 15/1 3:13, 15

martes, 16 de diciembre de 2014

Miércoles 17 de diciembre


Desde el nacimiento del sol aun hasta su puesta mi nombre será grande entre las naciones (Mal. 1:11).

La apostasía comenzó a infectar a la congregación cristiana sobre todo tras la muerte de los apóstoles (2 Tes. 2:3-7). Hubo maestros falsos que incluso adoptaron la tradición judía de no emplear el nombre divino. Pero ¿permitiría Jehová que desapareciera el nombre con el que decidió ser recordado? ¡Nunca! Es cierto que no podemos determinar con exactitud cómo se pronunciaba, pero el nombre ha perdurado. A lo largo de las épocas ha aparecido en diversas traducciones de la Biblia, así como en los escritos de distintos biblistas. Para los siervos de Dios el año 1931 tuvo especial importancia, pues los Estudiantes Internacionales de la Biblia, como hasta entonces se llamó a quienes formaban el pueblo de Dios, adoptaron el nombre bíblico de testigos de Jehová (Is. 43:10-12). Así anunciaron al mundo que estaban orgullosos de ser siervos del único Dios verdadero, de ser “un pueblo para su nombre”, para alabar ese nombre (Hech. 15:14). w13 15/3 5:14, 15

lunes, 15 de diciembre de 2014

Martes 16 de diciembre


Vi otra bestia salvaje (Rev. 13:11).

En una visión, Juan vio una extraña bestia salvaje que tenía dos cuernos y hablaba como un dragón. ¿A quién representa? Pues bien, los dos cuernos indican que es una potencia dual: se trata de la potencia mundial angloamericana, solo que en una función especial (Rev. 13:11-15). Esta bestia de dos cuernos promueve la creación de una “imagen” de la bestia salvaje. Juan escribió que dicha imagen aparecería, luego desaparecería y de nuevo se levantaría. Hay una organización que encaja con esta descripción, una que fue fundada a instancias de Gran Bretaña y Estados Unidos con la intención de unir y actuar en representación de los gobiernos del mundo. Este organismo, conocido como la Sociedad de Naciones, apareció tras la Primera Guerra Mundial y desapareció cuando estalló la Segunda. Durante este conflicto, el pueblo de Dios anunció que, según la profecía de Revelación, la imagen de la bestia salvaje se levantaría de nuevo. Y de hecho así fue, pues resurgió con el nombre de Naciones Unidas (Rev. 17:8). w12 15/6 2:12, 13
Si alguno, por motivo de conciencia para con Dios, sobrelleva cosas penosas y sufre injustamente, esto es algo que agrada (1 Ped. 2:19).

Por su deseo de agradar a Jehová, la mayoría de los cristianos solteros eligen cónyuge entre sus hermanos bautizados. Pero incluso así, la situación puede dar un giro inesperado. En raras ocasiones, un cónyuge pudiera desarrollar graves problemas psicológicos o ser expulsado. ¿Qué debería hacer un cristiano si pareciera que sus lazos conyugales van a romperse sin remedio? Usted pudiera preguntarse: “¿Debo seguir intentando salvar mi matrimonio pase lo que pase?”. Nadie puede ni debe tomar esa decisión por usted. Sin embargo, aunque los lazos maritales se estén debilitando, hay buenas razones para no tirar la toalla. Jehová valora muchísimo a quienes por causa de su conciencia soportan vientos de tempestad en su matrimonio (1 Ped. 2:20). Mediante su Palabra y su espíritu, ayuda al cristiano que se esfuerza de corazón por fortalecer un vínculo conyugal debilitado. w12 15/5 2:10, 11

sábado, 13 de diciembre de 2014

Domingo 14 de diciembre

Jonatán empezó a [amar a David] como a su propia alma (1 Sam. 18:1).

Jonatán, el hijo mayor del rey Saúl, tenía todas las probabilidades de heredar el trono de Israel. Sin embargo, Jehová eligió a David para ese puesto. Jonatán respetó la decisión divina e hizo todo lo que pudo para “fortalecerle la mano” a David, arriesgando incluso su propia vida al defenderlo ante Saúl, su padre. Y lealmente animó a su amigo con estas palabras: “Tú mismo serás rey sobre Israel, y yo mismo llegaré a ser segundo a ti” (1 Sam. 20:30-34; 23:16, 17). No es de extrañar que, a la muerte de Jonatán, David expresara su dolor y el cariño que le tenía en una conmovedora canción (2 Sam. 1:17, 26). Jonatán se sometía por completo al Señor Soberano Jehová y apoyaba sin reservas a David, el ungido de Dios. Del mismo modo, nosotros debemos respaldar gustosamente a los hermanos que han sido nombrados para guiarnos (1 Tes. 5:12, 13; Heb. 13:17, 24). w12 15/4 2:8, 9

viernes, 12 de diciembre de 2014

Sábado 13 de diciembre


Supongamos que [...] ellos de hecho me dicen: “¿Cuál es su nombre?”. ¿Qué les diré? (Éx. 3:13.)

Teniendo en cuenta que el nombre de Dios se conocía desde hacía mucho, ¿qué pretendía Moisés con su pregunta? Es obvio que deseaba saber más sobre la persona representada por el nombre, conocer hechos que convencieran a su pueblo de que Dios de veras los iba a liberar. Su preocupación estaba justificada, pues como los israelitas llevaban algún tiempo siendo esclavos, tal vez dudarían de que el Dios de sus antepasados fuera capaz de liberarlos. Algunos de ellos incluso adoraban dioses egipcios (Ezeq. 20:7, 8). ¿Cómo respondió Jehová a la pregunta de Moisés? En parte, dijo: “Esto es lo que has de decir a los hijos de Israel: ‘YO RESULTARÉ SER me ha enviado a ustedes. [...] Jehová el Dios de sus antepasados [...] me ha enviado a ustedes’”. Dios prometió que llegaría a ser lo que él decidiera ser para cumplir su propósito, es decir, que siempre resultaría fiel a su palabra (Éx. 3:14, 15). w13 15/3 5:4, 5

jueves, 11 de diciembre de 2014


Los muertos [...] no tienen conciencia de nada en absoluto (Ecl. 9:5).

Los judíos tenían a su alcance la verdad sobre los muertos. Sin embargo, cuando Grecia quedó dividida entre los generales de Alejandro Magno, se intentó unir a Judá y Siria mediante la religión y la cultura griega. Como resultado, los judíos aceptaron las doctrinas falsas de que el alma humana es inmortal y que hay un lugar de tormento en el más allá. Aunque el justo Job no tenía las Escrituras, conocía la verdad sobre la muerte. Además, sabía que Jehová es un Dios amoroso y que querría resucitarlo (Job 14:13-15). Abrahán también creía en la resurrección (Heb. 11:17-19). Estos fieles siervos de Dios no pensaban que el alma humana fuera inmortal, pues es imposible resucitar a alguien que no puede morir. Seguro que el espíritu de Dios ayudó a Job y a Abrahán a comprender lo que les ocurre a los muertos y a tener fe en la resurrección. w13 15/2 2:12-14

Jueves 11 de diciembre


En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí (Juan 13:35).

Como discípulos de Cristo y testigos de Jehová estamos obligados a amarnos unos a otros. Jesús señaló que el amor mutuo es la marca que identifica a los cristianos verdaderos. Pero también amamos a quienes no forman parte de la hermandad, a las personas que no comparten nuestra fe. Ese amor cristiano es algo que todos nosotros podemos y debemos demostrar. Ahora bien, también tenemos una labor que hacer. Como Jehová nos ha dado el conocimiento de la verdad, ahora espera que llevemos ese inestimable regalo a nuestro semejante (Mat. 28:19, 20). Enseñar la verdad es una labor que se hace por amor. Claro está, cada cristiano tiene circunstancias distintas. No todos pueden hacer lo mismo en el ministerio, y Jehová lo entiende. Lo importante es hacer todo lo que personalmente podemos. Así demostramos un amor desinteresado tanto a Dios como a la gente. w12 15/12 2:11, 13, 14

martes, 9 de diciembre de 2014

Miércoles 10 de diciembre

Dense a conocer sus peticiones a Dios (Filip. 4:6).
  Cuando las dificultades nos agobien, oremos y reflexionemos en “cualquier cosa que haya digna de alabanza” (Filip. 4:6-9). Con la fuerza que Jehová nos da, podremos soportar la presión y no permitiremos que las situaciones difíciles nos hagan tropezar. Lamentablemente, algunos han dejado la carrera cristiana por las imperfecciones de los demás. Diferencias sobre asuntos de conciencia, o decisión personal, han sido su causa de tropiezo (1 Cor. 8:12, 13). Si alguien nos ofende, ¿haremos una montaña de un grano de arena? La Biblia aconseja a los cristianos que no juzguen a los demás ni insistan en los derechos personales, sino que más bien estén dispuestos a perdonar (Luc. 6:37). Cuando la conducta de alguien nos incomode, preguntémonos: “¿Juzgo a los demás según mi criterio? Puesto que sé que mis hermanos son imperfectos, ¿permitiré que un error de alguno de ellos me saque de la carrera?”. Nuestro amor por Jehová nos dará la determinación para alcanzar la meta sin importar lo que hagan los demás. w13 15/3 1:18, 19


lunes, 8 de diciembre de 2014

Martes 9 de diciembre

Tu palabra es la verdad (Juan 17:17).
 
En hebreo bíblico, el término que suele traducirse como “verdad” designa aquello que es confiable, veraz, fiel o que está demostrado. Y en griego se refiere a lo que se ajusta a los hechos o que es justo y correcto. Jehová ha protegido la verdad bíblica y ha hecho que cada vez haya más conocimiento a nuestro alcance (2 Juan 1, 2). Nuestro entendimiento de la verdad sigue aumentando, pues “la senda de los justos es como la luz brillante que va haciéndose más y más clara hasta que el día queda firmemente establecido” (Prov. 4:18). Estamos totalmente de acuerdo con Jesús, quien dijo en una oración a Dios las palabras que leemos en el texto de hoy. La Palabra escrita de Jehová contiene “la verdad de las buenas nuevas”, es decir, el conjunto de enseñanzas cristianas (Gál. 2:14). Entre otras cosas, la verdad incluye detalles relacionados con el nombre de Jehová, su soberanía, el sacrificio de Cristo, la resurrección y el Reino. w13 15/2 1:17, 18


Lunes 8 de diciembre

Haz lo sumo posible para presentarte aprobado a Dios, trabajador que no tiene de qué avergonzarse (2 Tim. 2:15).
Se ha dicho que la vida solo se puede entender mirando hacia atrás, pero que solo se puede vivir mirando hacia adelante. Por lo tanto, en vez de preocuparnos por el pasado, debemos concentrarnos en el presente y en el futuro. A medida que se va acercando el momento de la gran tribulación, no queremos atormentarnos pensando: “¿Podría haber hecho más en el servicio a Jehová? ¿Por qué no fui precursor cuando pude? ¿Qué me impidió esforzarme por ser siervo ministerial? ¿Hice todo lo posible por vestirme de la nueva personalidad? ¿Soy de la clase de personas que Dios quiere en su nuevo mundo?”. En realidad, estas preguntas pueden ayudarnos a ver si ahora estamos dándole a Jehová todo lo que podemos. Si no lo estamos haciendo, quizás tomemos decisiones que podríamos lamentar en el futuro. w13 15/1 4:13, 14



 





 

 
 

Lunes 8 de diciembre

Haz lo sumo posible para presentarte aprobado a Dios, trabajador que no tiene de qué avergonzarse (2 Tim. 2:15).

Se ha dicho que la vida solo se puede entender mirando hacia atrás, pero que solo se puede vivir mirando hacia adelante. Por lo tanto, en vez de preocuparnos por el pasado, debemos concentrarnos en el presente y en el futuro. A medida que se va acercando el momento de la gran tribulación, no queremos atormentarnos pensando: “¿Podría haber hecho más en el servicio a Jehová? ¿Por qué no fui precursor cuando pude? ¿Qué me impidió esforzarme por ser siervo ministerial? ¿Hice todo lo posible por vestirme de la nueva personalidad? ¿Soy de la clase de personas que Dios quiere en su nuevo mundo?”. En realidad, estas preguntas pueden ayudarnos a ver si ahora estamos dándole a Jehová todo lo que podemos. Si no lo estamos haciendo, quizás tomemos decisiones que podríamos lamentar en el futuro. w13 15/1 4:13, 14

sábado, 6 de diciembre de 2014

Domingo 7 de diciembre

 
Dios no es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto (Hech. 10:34, 35).

Los que se creen superiores a las personas de otro país no solo demuestran falta de respeto, sino también ignorancia. Cierto libro señala: “Las razas de la humanidad son lo que la Biblia dice que son: hermanas” (The Races of Mankind). Los hermanos pueden ser muy diferentes, pero siguen siendo hermanos. Lo cierto es que en todos los países hay extranjeros. Ese era el caso incluso en la antigua nación de Israel, que disfrutaba de una relación especial con Jehová basada en el pacto de la Ley. Dicha Ley establecía ciertos límites a los derechos de los extranjeros, pero también obligaba a los israelitas a tratarlos con justicia y respeto. Del mismo modo, los cristianos verdaderos tratamos a todo el mundo con imparcialidad y sin prejuicios. w12 15/12 4:1, 2


Texto Biblico Diario: Sábado 6 de diciembre





Andar en el nombre de Dios implica que, debemos proclamar ese nombre, pues solo aquel que “invoque el nombre de Jehová será salvo” (Rom. 10:13). Segundo, tenemos que reflejar,  especialmente el amor (1 Juan 4:8). Y tercero, someternos de buena gana a las justas normas de nuestro Padre celestial  (1 Juan 5:3).



 ¿Está usted resuelto a andar “en el nombre de Jehová nuestro Dios hasta tiempo indefinido”?  Estamos orgullosos de llevar su nombre y de formar parte del obediente “pueblo para su nombre”.  Miramos al futuro con confianza en la promesa que se encuentra en Salmo 9:10: “Los que conocen tu nombre confiarán en ti, porque ciertamente no dejarás a los que te buscan, oh Jehová”.
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Sábado 6 de diciembre

Nosotros [...] andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios hasta tiempo indefinido, aun para siempre (Miq. 4:5).

Andar en el nombre de Dios implica por lo menos tres cosas. Primero, debemos proclamar ese nombre, pues reconocemos que solo aquel que “invoque el nombre de Jehová será salvo” (Rom. 10:13). Segundo, tenemos que reflejar las cualidades que demuestra Jehová, en especial el amor (1 Juan 4:8). Y tercero, hemos de someternos de buena gana a las justas normas de nuestro Padre celestial para no traerle ninguna deshonra a su santo nombre (1 Juan 5:3). ¿Está usted resuelto a andar “en el nombre de Jehová nuestro Dios hasta tiempo indefinido”? Nosotros hemos llegado a conocer a Jehová porque así lo quisimos. Estamos orgullosos de llevar su nombre y de formar parte del obediente “pueblo para su nombre”. Por lo tanto, miramos al futuro con confianza en la promesa que se encuentra en Salmo 9:10: “Los que conocen tu nombre confiarán en ti, porque ciertamente no dejarás a los que te buscan, oh Jehová”. w13 15/3 5:16-18

jueves, 4 de diciembre de 2014

Viernes 5 de diciembre

De los gobernantes muchos realmente pusieron fe en [Jesús], pero a causa de los fariseos no lo confesaban (Juan 12:42).

Les habría ido mucho mejor a esos gobernantes si no le hubieran dado tanta importancia a la opinión de los fariseos. Durante su ministerio, Jesús señaló por qué muchos no lo aceptaban ni tenían fe en él (Juan 5:39-44). La nación de Israel llevaba siglos esperando la llegada del Mesías, o Cristo. Daniel había profetizado el momento en que este aparecería, y puede que algunos hayan comprendido que ese momento había llegado. Tal vez por eso, al ver a Juan el Bautista predicando, muchos se preguntaron: “¿Acaso será él el Cristo?” (Luc. 3:15). Pero lamentablemente, los que conocían bien la Ley de Dios no aceptaron al Mesías. Jesús dejó bien claro por qué habían cometido ese error: “¿Cómo pueden creer ustedes, cuando aceptan gloria unos de otros y no buscan la gloria que proviene del único Dios?”. w13 15/2 4:6, 7


Jueves 4 de diciembre

No pueden ustedes servir como esclavos a Dios y a las Riquezas (Mat. 6:24).

El dinero no es malo, como tampoco lo es tratar de ganarlo honradamente (Ecl. 7:12; Luc. 19:12, 13). No obstante, “el amor al dinero” nos aleja de Jehová (1 Tim. 6:9, 10). “La inquietud de este sistema”, es decir, la preocupación excesiva por tener lo necesario para vivir, puede ahogar nuestra espiritualidad. Lo mismo sucede con “el poder engañoso de las riquezas”, o la creencia equivocada de que estas traen felicidad y seguridad duraderas (Mat. 13:22). Un punto de vista erróneo en cuanto al dinero podría meternos en problemas (Prov. 28:20). El deseo de ganar dinero rápido y fácil ha llevado a algunos a comprar billetes de lotería o a participar en sistemas de ventas multinivel, incluso envolviendo a otros miembros de la congregación. Y algunos han invertido en ciertos negocios porque se han creído la promesa de que iban a recibir grandes beneficios. No permita que la avaricia lo convierta en víctima de un fraude. Tenga sentido común: si una oferta parece demasiado buena para ser cierta, probablemente es falsa. w13 15/1 3:11, 12


Miércoles 3 de diciembre



[¿]Es él el Dios de los judíos únicamente? ¿No lo es también de gente de las naciones? (Rom. 3:29.)

En la antigua nación de Israel, la Ley establecía ciertos límites a los derechos de los extranjeros, pero también obligaba a los israelitas a tratarlos con justicia y respeto. El hecho de que los extranjeros pudieran beneficiarse de convivir con los israelitas revela cómo ve Jehová a quienes residen fuera de su país. Esto concuerda con las palabras de Pablo en el texto de hoy. Mediante el nuevo pacto, Jehová rechazó a Israel como nación elegida y en su lugar estableció una relación especial con la congregación de cristianos ungidos, que llegó a conocerse como “el Israel de Dios” (Gál. 6:16). Pablo explicó que en esta nueva nación “no hay ni griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, extranjero, escita, esclavo, libre, sino que Cristo es todas las cosas y en todos” (Col. 3:11). Por tanto, puede decirse que entre los cristianos ungidos no hay extranjeros. w12 15/12 4:2-4

 


 
 





lunes, 1 de diciembre de 2014

Martes 2 de diciembre


Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento (Prov. 3:5).

En armonía con la voluntad divina, a los ancianos cristianos se les ha encomendado la responsabilidad de juzgar los casos de pecados graves en la congregación. Estos hermanos no pueden ver todos los factores como lo hace Jehová, pero procuran que su decisión coincida con la guía de la Palabra de Dios y del espíritu santo. Por tanto, lo que decidan después de orar respecto a tales asuntos reflejará el punto de vista de Jehová (Mat. 18:18). Aquí es donde la lealtad entra en juego. Si los ancianos consideran que un pecador se ha arrepentido, ¿lo perdonará usted y le demostrará que lo sigue amando? (2 Cor. 2:5-8.) Tal vez le cueste, sobre todo si con su conducta le hizo daño a usted o a algún familiar suyo. Pero si confía en Jehová y en su manera de tratar las situaciones en la congregación, actuará con sabiduría y probará que de veras perdona liberalmente. w12 15/11 5:16, 17

Lunes 1 de diciembre

¡Mira! He venido [...] para hacer tu voluntad, oh Dios (Heb. 10:7).

Con estas significativas palabras, Jesús se presentó ante Dios para cumplir todo lo que se había predicho sobre la Descendencia prometida, incluida la herida que Satanás le ocasionaría “en el talón” (Gén. 3:15). Nadie se ha ofrecido jamás para cargar con una responsabilidad tan pesada. Jehová expresó desde los cielos su total confianza en que su Hijo cumpliría lo que había prometido (Luc. 3:21, 22). Jesús predicó con el ejemplo, pues su sí siempre significó sí (Mat. 5:37). No dejó que nada le impidiera cumplir la misión que había recibido de su Padre: predicar las buenas nuevas del Reino y enseñar a quienes se acercaran a él impulsados por Dios (Juan 6:44). ¿Hasta qué punto fue fiel Jesús a su promesa? La Biblia lo muestra con estas conocidas palabras: “No importa cuántas sean las promesas de Dios, han llegado a ser Sí mediante él” (2 Cor. 1:20). Así es, Jesús dio el mejor ejemplo en cuanto a cumplir lo que le había prometido a su Padre. w12 15/10 4:3, 4

Domingo 30 de noviembre

Sigue reteniendo el modelo de palabras saludables (2 Tim. 1:13).

Esas “palabras saludables” se encuentran en la Palabra de Dios (1 Tim. 6:3). Tal como el boceto de un artista ofrece una idea general del cuadro, el modelo de la verdad bíblica nos da una idea general de lo que Dios espera de nosotros. Después de adquirir conocimiento, cultivamos fe. Pero tenemos que seguir creciendo en ambos aspectos (2 Tes. 1:3). El crecimiento consiste en una serie de cambios progresivos; es aumentar, agrandar. Por lo tanto, después del bautismo debemos seguir cultivando nuestra espiritualidad para que nuestro crecimiento no se detenga. En un período inicial de estudio de la Biblia podemos crecer muy rápido y llegar a bautizarnos. Ahora bien, en los años siguientes es posible que nuestro crecimiento no sea tan evidente. Sin embargo, tenemos que seguir creciendo en fe y conocimiento hasta “la medida de estatura que pertenece a la plenitud del Cristo” (Efes. 4:13). w13 15/3 3:7-9


Sabado 29 de noviembre

La ciudad [Jerusalén] realmente será tomada (Zac. 14:2).
“La ciudad” corresponde al Reino mesiánico de Dios. Sus representantes en la Tierra son sus “ciudadanos”, es decir, los cristianos ungidos que aún no han ascendido al cielo (Filip. 3:20). Durante la Primera Guerra Mundial, los siervos de Dios eran inferiores en número y fueron blanco de mentiras, opresión y violencia. Pero sus enemigos no pudieron acabar con la religión verdadera, pues hubo cristianos ungidos que permanecieron fieles. Estos fueron “los restantes del pueblo” que se negaron a ser “cortados de la ciudad”. Las naciones seguirían atacando tanto a los cristianos ungidos como a sus leales compañeros, quienes esperan vivir para siempre en la Tierra (Rev. 12:17). Recordemos, por ejemplo, que el pueblo de Dios fue perseguido cruelmente durante la Segunda Guerra Mundial. El historial de lealtad de los ungidos anima a los siervos de Jehová de la actualidad a aguantar cualquier prueba, incluso el rechazo y la burla de familiares no Testigos o de compañeros de trabajo o escuela (1 Ped. 1:6, 7). w13 15/2 3:4-7