Viernes 25 de diciembre
A ti, oh Jehová, levanto mi alma misma. Oh Dios mío, en ti he cifrado mi confianza (Sal. 25:1, 2).
¿Qué ayudó a David a confiar tanto en su Padre celestial? Muchas personas oran a Dios solo cuando tienen problemas. Pero David no era así. Él demostró a lo largo de su vida que amaba a Jehová y confiaba en él, en las buenas y en las malas (Sal. 40:8). Fíjese en las palabras de alabanza y gratitud que David empleó: “Oh Jehová Señor nuestro, ¡cuán majestuoso es tu nombre en toda la tierra, tú, cuya dignidad se relata por encima de los cielos!” (Sal. 8:1). ¿Percibe la amistad tan estrecha que tenía con su Padre celestial? Maravillado por la grandeza y gloria de Jehová, se sintió impulsado a alabarlo “todo el día” (Sal. 35:28). Al igual que David, tenemos que comunicarnos regularmente con Jehová para fortalecer nuestra confianza en él. La Biblia dice: “Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes” (Sant. 4:8). w13 15/9 2:4-7
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