Miércoles 30 de diciembre
Hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos (2 Ped. 3:13).
Para agradar a Dios debemos actuar con decisión. Recuerde las palabras de Elías a los devotos de Baal y los israelitas apóstatas en el monte Carmelo: “¿Hasta cuándo irán cojeando sobre dos opiniones diferentes? Si Jehová es el Dios verdadero, vayan siguiéndolo; pero si Baal lo es, vayan siguiéndolo a él” (1 Rey. 18:21). Los israelitas sabían lo que tenían que hacer, pero estaban “cojeando” con indecisión. Josué les había dado años antes un magnífico ejemplo cuando dijo: “Si es malo a sus ojos servir a Jehová, escójanse hoy a quién quieren servir [...]. Pero en cuanto a mí y a mi casa, nosotros serviremos a Jehová” (Jos. 24:15). Josué y quienes lo apoyaron pudieron establecerse en la Tierra Prometida, “una tierra que mana[ba] leche y miel” (Jos. 5:6). En su función de Josué Mayor, Jesús ya está a punto de acabar con este sistema corrupto y de introducir a sus seguidores en el prometido nuevo mundo de justicia. w13 15/9 4:15, 18
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