Prueben para ustedes mismos lo que es la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios (Rom. 12:2).
La Biblia reconoce que, con frecuencia, “los de las naciones que no tienen ley hacen por naturaleza las cosas de la ley” (Rom. 2:14). Pero ¿significa eso que, mientras no haya una ley divina específica que lo prohíba, podemos seguir las costumbres y normas que aprendimos de pequeños y que son comunes en el lugar donde vivimos? La Biblia nos recuerda: “Existe un camino que es recto delante del hombre, pero los caminos de la muerte son el fin de él después” (Prov. 16:25). Debido a nuestra imperfección, no tenemos la capacidad de guiar nuestros pasos sin cometer ningún error (Prov. 28:26; Jer. 10:23). Además, la Biblia enseña que Satanás, “el dios de este sistema de cosas”, es quien establece las normas del mundo, es decir, lo que el mundo considera bueno o malo y lo que es popular o no (2 Cor. 4:4; 1 Juan 5:19). Por consiguiente, si deseamos la bendición y la aprobación de Dios, tenemos que seguir el consejo del texto de hoy. w13 15/9 3:2, 3
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