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miércoles, 15 de abril de 2015
Miércoles 15 de abril
Consideren con humildad mental que los demás son superiores a ustedes (Filip. 2:3).
A Eva la impulsó el deseo de ser como Dios, y Adán desobedeció a su Creador por el deseo de continuar junto a ella (Gén. 3:5, 6). Satanás logró alejarlos de la adoración verdadera, y desde entonces ha tratado de despertar deseos egoístas en las personas. Incluso lo intentó con Jesús (Mat. 4:1-9). Y en nuestros días, Satanás ha conseguido que la mayoría de la gente caiga en su trampa y se comporte de manera egoísta. Tengamos mucho cuidado, pues la actitud egoísta que domina a esta sociedad se nos puede pegar (Efes. 2:2). El egoísmo podría compararse al óxido. Un objeto de hierro expuesto al aire y al agua puede empezar a oxidarse. Si no se le da importancia y se deja que el óxido siga corroyéndolo, este puede dañar su estructura o su funcionamiento. De igual modo, si bien es cierto que por el momento nos es imposible eliminar nuestra imperfección y nuestra tendencia al egoísmo, debemos estar atentos y no dejar que nos dominen (1 Cor. 9:26, 27). w14 15/3 1:2-4
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