La bondad inmerecida del Señor Jesucristo esté con el espíritu que ustedes manifiestan (Filem. 25).
En sus cartas, el apóstol Pablo expresó en diversas ocasiones su deseo de que Dios y Cristo aprobaran el espíritu que cada congregación mostraba. Por lo tanto, al usar expresiones como “el Señor esté con el espíritu que manifiestas”, Pablo estaba animando a sus hermanos a adoptar una actitud acorde con la voluntad de Dios y la personalidad cristiana (2 Tim. 4:22; Gál. 6:18; Col. 3:9-12). En la actualidad, cada uno de nosotros hace bien en preguntarse: “¿Qué actitud me caracteriza? ¿En qué puedo mejorarla para que agrade a Dios? ¿Puedo hacer una mayor aportación al buen espíritu de la congregación?”. En un campo de girasoles, cada flor contribuye a la fascinante belleza de todo el conjunto. ¿Es usted una de las “flores” que contribuyen a la belleza de su congregación? Sin duda alguna, todos debemos esforzarnos por serlo. w12 15/10 2:1, 3
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