Lunes 4 de agosto
Todo hombre tiene que ser presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar (Sant. 1:19).
Antes de hacer visitas de pastoreo, los ancianos necesitan dedicar tiempo a pensar en la persona con quien planean conversar. Reflexionar de antemano hará que la conversación sea constructiva y provechosa. Durante esas visitas, los ancianos dan a los hermanos la oportunidad de expresarse con libertad y los escuchan con atención. Una hermana aseguró: “¡Es tan animador cuando un anciano escucha de verdad!” (Luc. 8:18). ¿A quién le vendría bien una visita de pastoreo? Pablo aconsejó a los ancianos: “Presten atención [...] a todo el rebaño” (Hech. 20:28). Así es, todos los miembros de la congregación necesitan ánimo, incluso los publicadores y precursores que han estado predicando por muchos años. ¿Por qué necesitan estos hermanos fuertes y fieles el apoyo de pastores espirituales? Porque ellos también pudieran sentir que no aguantan más las presiones de este mundo perverso. w13 15/1 5:10-12
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