Ustedes son mis testigos —es la expresión de Jehová— (Is. 43:12).
Nuestra herencia espiritual incluye la bendición de conocer con exactitud la Palabra de Dios y entender claramente la verdad sobre él y sus propósitos. También encierra un privilegio muy especial. Ese privilegio llegó a ser parte de nuestro legado espiritual en una asamblea que celebramos en la ciudad estadounidense de Columbus (Ohio) en 1931. En el programa figuraban las letras JW. Una hermana dijo: “Los hermanos trataban de adivinar qué significaban esas letras”. Por fin, el domingo 26 de julio se adoptó una resolución que aclaró el enigma: ya no se nos llamaría Estudiantes de la Biblia, sino que llevaríamos el nombre bíblico de testigos de Jehová (Jehovah’s Witnesses en inglés). Fue una ocasión emocionante. Un hermano afirma: “Nunca olvidaré el impresionante clamor y aplauso que resonó en todo el auditorio”. Ningún otro grupo religioso quería ese nombre, pero nosotros hemos tenido la bendición de portarlo por más de ochenta años. ¡Qué gran honor es ser testigos de Jehová! w13 15/2 1:4, 5
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