Jueves 7 de abril
Todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, ustedes tienen que hacérselas a ellos (Mat. 7:12).
¿Cómo podemos seguir la Regla de Oro en nuestro ministerio? Tratando a cada persona como alguien distinto y único. Respetando la casa y la propiedad de cada uno. Esforzándonos por predicar a horas en que sea más probable que encontremos a los residentes en casa y que estén dispuestos a escucharnos. Y adaptando nuestra presentación a las costumbres de las personas de nuestro territorio. Tratar a las personas como nos gustaría que nos trataran da buenos resultados. Siendo amables y considerados, dejamos brillar nuestra luz, destacamos el valor de los principios bíblicos y damos gloria a nuestro Dios (Mat. 5:16). Esa forma de presentar el mensaje puede atraer a más personas a la verdad (1 Tim. 4:16). Y tanto si nuestros oyentes aceptan el mensaje del Reino como si no, tenemos la satisfacción de saber que estamos efectuando nuestro ministerio lo mejor posible (2 Tim. 4:5). w14 15/5 2:17, 18
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