No ofreceré a Jehová mi Dios sacrificios quemados sin costo (2 Sam. 24:24).
Cierto hermano que participa en la construcción de Salones del Reino y en socorrer a las víctimas de desastres naturales cuenta que le es difícil describir la felicidad que esto le produce. Él explica: “Cuando veo las caras alegres y agradecidas de los hermanos por tener un salón nuevo o por la ayuda que reciben después de un desastre natural, sé que vale la pena todo el esfuerzo”. La organización de Jehová de tiempos modernos siempre ha buscado maneras de apoyar la obra del Reino. En el año 1904, el hermano Charles T. Russell escribió lo siguiente: “[Todo cristiano] debe considerar que el Señor lo ha nombrado mayordomo de su propio tiempo, influencia, dinero, etc., y que cada uno debe procurar utilizar estos recursos al máximo para la gloria del Amo”. Ciertamente, hacerle sacrificios a nuestro Dios, Jehová, tiene grandes recompensas, pero está claro que cuesta algo (2 Sam. 24:21-24). w13 15/12 2:7, 8
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